Besos sin fronteras
Había una vez una familia muy especial compuesta por mamá, papá y dos pequeños hermanitos llamados Lucas y Sofía. Esta familia vivía en un hermoso pueblo rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos.
Lucas y Sofía siempre veían a sus padres felices, riendo y compartiendo momentos juntos. Pero había algo que los niños notaron: mamá y papá nunca se besaban.
Esto les parecía extraño ya que en las películas siempre veían a las parejas darse besos llenos de amor. Un día, Lucas decidió preguntarle a su mamá el motivo por el cual ellos no se besaban:"Mamá, ¿por qué tú y papá nunca se dan besos?"- preguntó Lucas con curiosidad.
La mamá sonrió cariñosa mientras acariciaba la cabeza de su hijo. Ella explicó que cuando eran jóvenes, tuvieron un accidente que les provocó algunas cicatrices en los labios, lo cual hacía difícil para ellos poder besar como antes.
Lucas quedó pensativo por un momento pero luego dijo:"No importa si tienen cicatrices en los labios, ustedes aún pueden demostrarse amor de otras formas". La mamá se sorprendió gratamente por la respuesta tan sabia de su hijo.
Ella le dio un abrazo fuerte y le dijo:"Tienes toda la razón, mi pequeño sabio". Desde ese día, Lucas comenzó a buscar diferentes maneras para ayudar a sus padres a expresar su amor sin necesidad de besar.
Investigó sobre lenguaje corporal e hizo dibujos con mensajes llenos de cariño para dejarlos en lugares especiales de la casa. Sofía, por su parte, decidió aprender a hacer masajes relajantes y se ofreció a darles masajes en los hombros siempre que lo necesitaran.
Ella sabía que esto les ayudaría a sentirse más cerca y conectados. Con el tiempo, Lucas y Sofía notaron cómo sus padres comenzaron a sonreír aún más y parecían estar más felices juntos.
Aunque no se besaban como las otras parejas, encontraron nuevas formas de demostrarse amor cada día. Un año después, el pueblo organizó un concurso de talentos donde todos podían mostrar sus habilidades especiales. Lucas y Sofía decidieron participar para sorprender a sus padres.
En secreto, practicaron un baile lleno de energía y alegría. Llegó el gran día del concurso y cuando llegó su turno, Lucas y Sofía salieron al escenario vestidos con trajes coloridos. Bailaron con tanta pasión que todos en la audiencia estaban asombrados por su talento.
Al finalizar su presentación, recibieron una ovación de pie.
Mientras bajaban del escenario abrazándose emocionados, mamá y papá no pudieron evitar correr hacia ellos para darles un abrazo lleno de orgullo:"¡Estamos tan orgullosos de ustedes!"- exclamó mamá con lágrimas en los ojos. "Nos enseñaron una valiosa lección sobre el amor", agregó papá emocionado. En ese momento mágico, Lucas miró a sus padres sonriendo:"No es necesario besarse para demostrar cuánto se aman.
Lo importante es encontrar maneras de expresar ese amor de formas que nos hagan sentir especiales y queridos". Desde aquel día, mamá y papá comenzaron a abrazarse aún más, a decirse palabras bonitas y a buscar siempre nuevas formas de demostrarse su amor.
Lucas y Sofía se dieron cuenta de que habían hecho una gran diferencia en la vida de sus padres al enseñarles que el amor no tiene límites ni barreras.
Y así, esta familia especial siguió viviendo llena de amor, alegría y magia en aquel hermoso pueblo rodeado de montañas verdes y ríos cristalinos.
FIN.