Beto, Lupita y Cheto
Beto, Lupita y su perro Cheto vivían en una linda casita cerca de la escuela. Su mamá, doña Juanita, trabajaba todo el día para poder ofrecerles lo mejor.
La abuela Paula, una mujer muy amorosa, los cuidaba mientras su mamá estaba trabajando. Un día, Beto y Lupita empezaron a aprender sobre el valor de la humildad, aceptar sus errores y la responsabilidad.
La abuela Paula les contó una historia sobre un pajarito que creía ser el más hermoso del bosque, pero un día, al intentar ayudar a sus amigos, se dio cuenta de que la verdadera belleza estaba en el corazón. Todos reflexionaron sobre la historia y acordaron tratar de ser humildes y aceptar sus errores.
Un día, Cheto, el perro de la familia, rompió sin querer un jarrón muy especial. En lugar de esconderse, Cheto fue y le contó a Beto y Lupita lo que pasó.
Ellos, recordando la lección sobre la humildad, aceptaron que había sido un accidente y decidieron ayudar a Cheto a contarle la verdad a su mamá. Cuando doña Juanita llegó a casa, en lugar de enojarse, les dijo que apreciaba mucho que le contaran la verdad y que se hacían responsables del accidente.
Juntos, limpiaron el desorden y buscaron una manera de arreglar el jarrón. Finalmente, lograron repararlo con un poco de pegamento y paciencia. Desde ese día, Beto, Lupita y Cheto entendieron que la humildad y aceptar la responsabilidad los hacía mejores personas.
Estaban felices de haber aprendido una valiosa lección.
FIN.