Bianca y su aventura con el dentista



Era un soleado martes por la mañana y Bianca, una niña de 10 años con una cabellera rizada y llena de vida, se sentía inquieta. Había llegado el día de su visita al dentista y, por más que lo intentaba, no podía evitar sentir miedo.

"¿Por qué tengo que ir de nuevo?" - le dijo a su mamá mientras miraba por la ventana.

"Porque es importante cuidar tus dientes, mi amor. Además, el dentista es un buen amigo que te ayudará a mantener tu sonrisa brillante" - respondió su mamá, acariciándole el cabello.

Bianca no estaba convencida. La última vez que había estado en el consultorio, había sentido un ruido extraño que la puso nerviosa y le había dejado un gran miedo.

"No, no quiero. ¿Y si me duele?" - protestó Bianca.

"¿Te cuento un secreto?" - le dijo su mamá, sonriendo. "El dentista no quiere que te duela, quiere que te sientas bien".

Pero a Bianca no le gustaba la idea de un extraño metiéndose en su boca. Al llegar al consultorio, sintió un nudo en el estómago. Todo parecía raro: las paredes blancas, los instrumentos brillantes y el sonido del taladro.

"Hola, Bianca, soy el Dr. Valle" - dijo el dentista con una voz amable, mientras hacía un gesto con la mano. "¿Cómo estás hoy?".

"Mmm... no tan bien" - murmuró Bianca, sintiéndose un poco más nerviosa.

El Dr. Valle notó su preocupación.

"¿Sabes qué? Es normal sentir miedo. A muchas personas les pasa. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ayudarte. ¿Te gustaría que jugáramos un juego mientras reviso tus dientes?" - ofreció el dentista.

Bianca, intrigada, levantó la vista.

"¿Un juego? ¿Cuál?" - preguntó, un poco más interesada.

"Vamos a imaginar que eres una superheroína con una misión especial: proteger tu sonrisa de los monstruos que la quieren ensuciar. Si te portas bien, te prometo que no habrá ni un solo monstruo que pueda ganar esta batalla" - explicó el dentista, dejando de lado los instrumentos.

Bianca se rió. La idea de ser una superheroína sonaba divertida.

"¡Está bien! ¡Soy la Super Bianca!" - exclamó, ahora con una nueva energía.

Con una actitud nueva, se acomodó en la silla. El Dr. Valle comenzó a examinar sus dientes, y mientras lo hacía, le contaba historias sobre otros pacientes que, como ella, habían tenido miedo, pero que descubrieron lo importante que es cuidar su sonrisa.

"Una vez había un niño que pensaba que las herramientas del dentista eran monstruos. Pero cuando se sentó aquí y escuchó mi historia sobre los ‘dientes valientes’, se dio cuenta de que todos los instrumentos tenían nombres divertidos y eran aliados en su misión" - dijo el dentista mientras miraba de cerca su sonrisa.

Bianca sonrió al escuchar estas historias y se dio cuenta de que su miedo iba disminuyendo. Sin darse cuenta, había terminado la revisión.

"¿Ves? ¡No estaba tan mal!" - le dijo el Dr. Valle, retirándose con una sonrisa. "¡Y tus dientes están en perfecto estado!".

"¡Soy la Super Bianca!" - gritó, sintiéndose una verdadera heroína.

Al salir del consultorio, se sintió más fuerte y menos temerosa.

"¡Mamá! ¡Fui al dentista y no pasé miedo!" - le dijo mientras corría hacia su madre.

"¡Qué bien, amor! Te dije que el dentista es un amigo" - respondió su mamá, sorprendida y feliz.

Desde entonces, Bianca dejó de temerle al dentista. Aprendió que las visitas al médico son parte de cuidar su cuerpo, y que a veces, dar un paso adelante y enfrentar los miedos puede llevar a una gran aventura. Con cada visita al dentista, se sentía más y más como una superheroína lista para combatir cualquier monstruo que amenazara su sonrisa. Y así, Bianca nunca olvidó su misión: proteger su sonrisa y ayudar a otros a encontrar el valor para hacer lo mismo.

FIN.

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