Bianca y sus amigos peludos



Había una vez una niña llamada Bianca, que vivía con su mamá Yesica en un pequeño departamento en la ciudad. Bianca siempre había soñado con tener una mascota, pero como vivían en un edificio, no podían tener animales.

Un día, mientras paseaba por el parque cerca de su casa, Bianca encontró a un perrito abandonado. El perrito parecía muy triste y asustado. Sin pensarlo dos veces, Bianca decidió llevarlo a casa.

Al llegar al edificio, se encontró con el Padre Pablo, el amigable sacerdote que vivía en el departamento de al lado. Al ver a Bianca con el perrito en brazos, el Padre Pablo sonrió y le preguntó qué estaba pasando.

"Padre Pablo, encontré este perrito abandonado en el parque y quiero quedármelo como mascota", dijo Bianca emocionada. El Padre Pablo acarició al perrito y le explicó a Bianca que los animales necesitaban mucho cuidado y amor.

Le dijo que debían asegurarse de poder cuidar adecuadamente al nuevo miembro de la familia. Bianca entendió lo importante que era ser responsable y decidió hablar con su mamá Yesica sobre adoptar al perrito.

Al principio, Yesica estaba preocupada por las responsabilidades adicionales que implicaría tener una mascota en un departamento tan pequeño.

Pero después de escuchar los argumentos de Bianca sobre cómo podría cuidar del animalito junto a ella misma y del apoyo del Padre Pablo para enseñarle todo lo necesario para mantenerlo feliz y saludable, Yesica finalmente aceptó adoptar al perrito. Bianca estaba tan feliz que decidió llamar al nuevo miembro de la familia —"Toby" . Toby se convirtió en el mejor amigo de Bianca y juntos, aprendieron muchas cosas.

El Padre Pablo les enseñó cómo cuidar a Toby adecuadamente: cómo alimentarlo, sacarlo a pasear y mantenerlo limpio. Un día, mientras jugaban en el parque, Bianca encontró una pequeña gatita abandonada. Sin dudarlo, Bianca decidió llevarla a casa también.

Esta vez, Yesica no necesitaba mucha persuasión para aceptar tener otro animalito en casa.

Con la ayuda del Padre Pablo nuevamente, Bianca aprendió sobre la importancia de la amistad entre animales y cómo asegurarse de que ambos Toby y la gatita estuvieran felices viviendo juntos bajo el mismo techo. Con el tiempo, Bianca descubrió que tenía un talento especial para cuidar a los animales.

Decidió estudiar veterinaria cuando fuera mayor para ayudar a otros animales necesitados como Toby y su nueva amiga gatita. La historia de Bianca nos enseña que nunca debemos dar por sentado lo que tenemos cerca. También nos muestra cómo podemos superar las dificultades si trabajamos en equipo y buscamos apoyo en aquellos que nos rodean.

Desde ese día en adelante, Bianca siempre recordaría esa valiosa lección: cuando encuentres amor y compasión por los demás seres vivos, no hay límites para lo que puedes lograr.

FIN.

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