Bienvenido Primavera 2024



Era una mañana soleada de septiembre y Lía, una niña de diez años, despertó con una sonrisa en su rostro. Hoy no era un día cualquiera; era el primer día de primavera. Lía se levantó rápidamente, se puso su vestido amarillo favorito y salió al jardín. Allí, vio que sus plantas comenzaban a florecer, llenando el aire con un dulce aroma.

"¡Mirá, mamá! Las flores están aquí, la primavera llegó!" - gritó Lía corriendo hacia su madre, que estaba preparando el desayuno.

"Sí, mi amor. Es un momento mágico. ¿Sabías que la primavera es la época ideal para plantar nuevas semillas y cuidar el medio ambiente?" - le respondió su mamá con una sonrisa.

Lía sintió que algo brillaba dentro de su corazón. Esa primavera, ella quería hacer algo especial. Después del desayuno, reunió a sus amigos del barrio. Esa misma tarde se reunirían en el parque.

Al llegar al parque, Lía vio a sus amigos: Tomás, una gran persona que siempre tenía una idea divertida; Nati, que amaba los animales; y Lucas, el más pequeño pero con las ideas más grandes.

"¡Hola, amigos!" - saludó Lía con emoción.

"¿Qué planes tenés hoy, Lía?" - preguntó Tomás.

"Quiero que esta primavera sea diferente. Podemos hacer un jardín comunitario y plantar flores y árboles para que todos disfrutemos de la naturaleza" - propuso Lía.

Todos se miraron sorprendidos, pero la idea les gustó.

"¡Sí! ¡Eso suena genial!" - exclamó Nati.

"Podemos invitar a los vecinos a ayudar y hacer una gran fiesta de primavera para la inauguración del jardín" - añadió Lucas.

"¡Perfecto! ¡Vamos a hacerlo!" - gritó Tomás emocionado.

Los cuatro amigos se pusieron a trabajar de inmediato. Hicieron carteles, repartieron volantes, y comenzaron a recolectar donaciones de semillas, tierra y herramientas. La comunidad comenzó a unirse: niños, adultos, abuelos; todos querían contribuir a ese hermoso proyecto.

Un día, mientras sembraban unas girasoles en el parque, un hombre mayor se acercó a ellos. Era Don Felipe, el jardinero del barrio.

"¿Qué están haciendo por aquí, jóvenes?" - preguntó con curiosidad.

"¡Estamos creando un jardín comunitario para todos!" - respondió Lía emocionada.

"Eso suena maravilloso. Pero hay algo importante que deben saber: las plantas necesitan amor y paciencia para crecer" - les dijo Don Felipe con una sonrisa sabia.

Lía lo miró intrigada y le comentó:

"¿Cómo podemos darles amor y paciencia, Don Felipe?"

"Haciendo de este jardín un lugar especial. Cada planta tiene su ritmo, al igual que cada persona. Hay que cuidarlas y entender que con esfuerzo y amor, todo crece bello" - explicó el jardinero.

Los amigos asintieron, entendiendo que su tarea no solo era plantar, sino también aprender a cuidar lo que habían sembrado. Pasaron los días y Lía y sus amigos continuaron con su proyecto. Al principio hubo dificultades: algunas plantas no germinaban, los animales se llevaban las semillas, y el clima no siempre ayudaba. Pero se mantenían firmes y con buena actitud, recordando siempre las palabras de Don Felipe sobre la paciencia.

Finalmente, después de semanas de trabajo, llegó el gran día. Se organizó una fiesta para inaugurar el jardín. Había música, juegos, comida y, sobre todo, mucha alegría. El jardín comunitario se había convertido en un hermoso lugar lleno de color y vida.

"¡Mirá cómo crecieron nuestras plantas!" - exclamó Lucas, mirando con asombro el jardín vibrante.

"Todo esto fue posible gracias a nosotros y a todos los que ayudaron. ¡Esto es solo el comienzo!" - dijo Lía con una gran sonrisa en su rostro.

"Y no solo es hermoso, sino que hemos aprendido a cuidar y valorar lo que tenemos" - añadió Nati.

Don Felipe se acercó al grupo con una gran sonrisa y pronunció:

"¿Ven lo que puede lograr la unión y el amor por la naturaleza? ¡Este jardín es solo el principio de las cosas buenas que pueden hacer!"

Lía miró a sus amigos. Sabía que esa primavera no solo había traído flores, sino también un deseo de crear, cuidar y compartir. Con entusiasmo, Lía habló:

"Quiero que esta primavera nos inspire a seguir plantando ideas, cuidando de nuestro mundo y compartiendo la alegría".

Y así fue como Lía y sus amigos aprendieron que la primavera en sus corazones siempre sería un florecer de amor, amistad y cuidado.

FIN.

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