Blancanieves y la fortaleza interior
Había una vez, en un reino lejano, una reina conocida por su belleza incomparable. Sin embargo, su belleza se veía empañada por la envidia que sentía hacia su hijastra, Blancanieves, cuya hermosura estaba floreciendo cada día. Un día, el espejo mágico de la reina le reveló que Blancanieves había superado su belleza, lo que desató la ira de la reina. En un acto de desesperación, la reina ordenó a un soldado que llevara a Blancanieves al bosque y la matara. El soldado, conmovido por la inocencia de la joven princesa, decidió dejarla en libertad en lugar de cumplir la cruel orden de la reina.
Al adentrarse en el frondoso bosque, Blancanieves sintió miedo y tristeza, pero recordó las palabras amorosas de su difunta madre, quien le había enseñado que la bondad y la valentía eran las armas más poderosas. Con esa determinación en su corazón, Blancanieves se propuso encontrar un lugar seguro donde pudiera empezar una nueva vida. Durante su viaje, conoció a amables criaturas del bosque que le brindaron ayuda y protección. A medida que los días pasaban, Blancanieves aprendió a valerse por sí misma, desarrollando habilidades que nunca hubiera imaginado tener.
Mientras tanto, en el castillo, la reina continuaba obsesionada por su belleza y se volvía cada vez más amargada. Una noche, el espejo mágico le reveló que la verdadera belleza radicaba en el corazón puro y la bondad, y que Blancanieves seguía viva y creciendo en fortaleza en el bosque.
Blancanieves, con el tiempo, se convirtió en una joven valiente, compasiva y sabia. Entonces, un día, conoció a siete diminutos y alegres mineros que le ofrecieron refugio en su hogar. Juntos, vivieron días de alegría y amistad, y Blancanieves les enseñó el valor de la solidaridad y el amor desinteresado. Mientras tanto, la reina, afectada por la soledad y la amargura, comprendió que su insaciable deseo de belleza la había llevado por un camino oscuro y vacío.
Finalmente, el destino unió nuevamente a Blancanieves con el príncipe de un reino vecino, quien quedó cautivado por su belleza interior y su noble espíritu. La reina, por su parte, aprendió que la verdadera belleza emana del amor, la bondad y la compasión, y encontró paz en su corazón al dejar de lado la envidia y el resentimiento.
Así, Blancanieves, la valiente princesa que desafió la adversidad con coraje y bondad, se convirtió en un ejemplo de fuerza interior y superación para todos en el reino, inspirando a otros a ser amables, compasivos y valientes, sin importar cuán difíciles sean los desafíos.
FIN.