Blancanieves y los siete amigos del bosque



Había una vez en un bosque encantado, una joven llamada Blancanieves.

Ella vivía con su madrastra, la Reina Malvada, quien era muy vanidosa y siempre se miraba en el espejo mágico para asegurarse de ser la más hermosa del reino. Un día, el espejo le dijo a la Reina Malvada que Blancanieves era aún más hermosa que ella. Llena de envidia, la malvada mujer ordenó a su cazador llevar a Blancanieves al bosque y deshacerse de ella.

El bondadoso cazador no tuvo el corazón para hacerle daño a Blancanieves, así que le advirtió que huyera y nunca regresara al castillo.

La joven corrió asustada por el bosque hasta llegar a una pequeña cabaña donde habitaban siete simpáticos enanitos: Tito, Juanito, Pepito, Chiqui, Santi, Pato y Coco. Los siete enanitos acogieron a Blancanieves con cariño y le ofrecieron quedarse con ellos.

Juntos vivieron muchas aventuras: cuidaron jardines encantados, bailaron bajo la luz de la luna y compartieron risas alrededor de la mesa. Un día, la Reina Malvada descubrió que Blancanieves seguía viva gracias al espejo mágico. Decidió tomar cartas en el asunto y preparó una manzana envenenada para deshacerse de ella de una vez por todas.

La malvada mujer disfrazó como anciana y fue hasta la cabaña de los siete enanitos ofreciendo amablemente la manzana a Blancanieves. La joven aceptó sin saber del peligro que corría.

Al darle un mordisco a la manzana envenenada, Blancanieves cayó desplomada al suelo. Los siete enanitos llegaron justo a tiempo para ver lo ocurrido e intentaron despertarla sin éxito. Desesperados por salvar a su amiga, los siete enanitos buscaron ayuda del hada madrina del bosque.

Con lágrimas en los ojos suplicaron por un milagro que devolviera la vida a Blancanieves. El hada madrina escuchó sus ruegos y con un toque mágico rompió el hechizo de sueño profundo sobre Blancanieves.

La joven despertó entre abrazos y alegrías de sus amigos los siete enanitos. Desde ese día, Blancanieves aprendió una valiosa lección sobre no confiar en extraños y siempre estar alerta ante las intenciones ocultas de otros.

Vivir rodeada del amor sincero de sus amigos le enseñó que juntos podían superar cualquier adversidad. La Reina Malvada se arrepintió profundamente por sus actos malévolos al ver cómo el amor y la amistad habían salvado a Blancanieves.

Decidió cambiar su forma egoísta y buscó redimirse ayudando a otros necesitados del reino. Y así fue como gracias al coraje de blancanieve frente al peligro inminente junto con el apoyo incondicional de sus amigos lograron vencer todos los obstáculos puestos frente ellos demostrando qué juntos todo es posible alcanzar.

FIN.

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