Blue y la Gran Aventura del Bosque
Había una vez un perrito llamado Blue. Blue era un pequeño can que se destacaba por su cuerpo negro y sus orejas largas que parecían ondas de suaves terciopelos. Blue vivía en un barrio tranquilo, donde pasaba sus días jugando con los niños del vecindario y correteando detrás de las mariposas. Sin embargo, había algo que Blue deseaba con todas sus fuerzas: explorar el misterioso bosque que se encontraba al final de la calle.
Un día, mientras buscaba su juguete favorito, Blue escuchó a un grupo de pajaritos charlando entre ellos.
"¿Han visto el arcoíris de la montaña?" - preguntó uno de los pajaritos.
"Dicen que lo cuida un dragón muy amistoso, pero hay que ser valiente para visitarlo" - respondió otro.
Blue, emocionado por la idea de conocer un dragón y un arcoíris, decidió que había llegado el momento de aventurarse hacia el bosque. Al amanecer del día siguiente, se despidió de sus amigos del barrio.
"¡Hasta luego, Blue! ¡Ten cuidado!" - gritaron los niños.
"¡Voy a traerles historias increíbles!" - respondió Blue con garra.
Comenzó su travesía, saltando emocionado hacia el bosque. Al cruzar la entrada del mismo, se sintió un poco nervioso, pero su curiosidad lo empujaba hacia adelante. Mientras caminaba, vio un camino lleno de flores y mariposas.
"¡Esto es hermoso!" - exclamó Blue mientras correteaba de un lado a otro.
De repente, escuchó un llanto. Intrigado, siguió el sonido y encontró a una pequeña tortuga (que se llamaba Lila) atrapada en una enredadera.
"¡Ayuda! No puedo salir de aquí" - sollozó Lila.
"¡No te preocupes, voy a ayudarte!" - dijo valientemente Blue.
Con sus largas orejas, empezó a mover las ramas y a liberar a Lila.
"¡Gracias, Blue! Eres muy valiente" - le dijo Lila agradecida.
"Pero, todavía no he visto el arcoíris. ¿Quieres venir conmigo?" - preguntó Blue.
"¡Sí! Pero, hay que tener cuidado con el dragón" - respondió Lila asustada.
Juntos, siguieron el camino hacia la montaña. Al llegar a un claro, encontraron el camino custodiado por un gran dragón de escamas brillantes.
"¿Quién osa acercarse a mi montaña?" - rugió el dragón, con voz profunda.
"¡Soy Blue y esta es mi amiga Lila!" - dijo el perrito, aunque temblando un poquito.
"Hemos venido a ver el arcoíris, pero no queremos molestarte" - agregó Lila con nerviosismo.
El dragón miró fijamente a los dos. Luego, sonrió y dijo:
"No tienen que temerme. Soy un dragón amistoso, y los arcoíris son para compartir.¿Desean verlo?"
Blue y Lila asintieron, los ojos llenos de asombro. El dragón se movió a un lado, revelando un colosal arcoíris que cruzaba el cielo con colores vibrantes.
"¡Guau! ¡Es maravilloso!" - ladró Blue emocionado.
"¡Nunca había visto algo tan bello!" - exclamó Lila.
El dragón se acercó a ellos y les dijo:
"La belleza del arcoíris viene de la amistad y de ser valientes. Al ayudar a otros, creamos obras de arte que iluminan el mundo".
Blue y Lila comprendieron que la aventura no solo era sobre ver el arcoíris, sino sobre las amistades que habían hecho en el camino y la importancia de ayudar a otros.
Después de disfrutar del espectáculo, Blue y Lila se despidieron del dragón, prometiendo regresar a visitarlo. Al volver a casa, compartieron sus historias con sus amigos, y así, el legendario arcoíris se convirtió en parte de un hermoso recuerdo que siempre atesorarían.
A partir de ese día, Blue sabía que la verdadera aventura estaba en compartir y ayudar a los demás, creando un mundo más colorido, como el arcoíris.
Y así, Blue vivió feliz por siempre, con su cola meneando y su corazón lleno de amistades y colores.
FIN.