Bock y el cuaderno feo



Había una vez un tenebroso y asustador ser llamado Bock, que vivía en un oscuro túnel. A pesar de su apariencia aterradora, Bock tenía un gran corazón y le encantaba comer coco.

Sin embargo, sus vecinos le tenían miedo y evitaban acercarse a él. Un día, Bock conoció a un cuaderno que, según él, era feo y daba miedo solo de mirarlo. -Hola, ¿por qué estás tan triste? -preguntó Bock al cuaderno.

-Nadie me quiere porque soy feo y asustadizo -respondió el cuaderno con tristeza. -Comprendo cómo te sientes, a mí también me temen sin conocerme. Pero eso no significa que seamos malos. -explicó Bock.

A lo largo de los días, Bock y el cuaderno feo comenzaron a charlar y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Compartían gustos por el coco y les gustaba asustar a la gente jugando bromas. Pronto, se convirtieron en grandes amigos.

Juntos, aprendieron a ver más allá de las apariencias y a valorar la amistad verdadera. Un día, el túnel donde vivía Bock se iluminó con una luz brillante. -¡Bock, Bock! -gritó un niño que lo había visto desde la entrada del túnel. -No tengas miedo, estoy aquí para invitarte a jugar conmigo.

Bock miró al cuaderno y le sonrió. -Creo que ha llegado el momento de demostrarle al mundo que no somos tan aterradores como piensan.

Juntos, salieron al mundo exterior y descubrieron que, con amor y amistad, cualquier ser, por más tenebroso que parezca, puede encontrar su lugar. Desde ese día, Bock, el cuaderno feo y el niño se convirtieron en amigos inseparables.

Una amistad que enseñó a todos que el valor de las personas no está en su apariencia, sino en su corazón.

FIN.

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