Brena y el desafío de las alturas


Hace algunos años, en un pequeño pueblo, vivía una niña llamada Brena. Ella era una niña divertida, llena de energía y muy valiente.

Su mayor pasión eran las alturas, le encantaba trepar a los árboles, jugar en el parque y subir a lo más alto de cualquier lugar que encontrara. Sin embargo, un día su madre le prohibió subir a lo alto de los árboles, porque le preocupaba que Brena pudiera lastimarse.

Brena se sintió muy triste y frustrada, pero decidió buscar una solución. Un día, estando en el parque, Brena observó un grupo de chicos que practicaban escalada en un muro de roca artificial. Con asombro, vio cómo desafiaban la gravedad y trepaban cada vez más alto.

Entonces, se acercó a ellos y les pidió que le enseñaran a escalar. Los chicos, admirando la valentía de Brena, accedieron a ayudarla.

Brena se esforzó mucho y, con paciencia y determinación, en poco tiempo logró dominar la escalada, superando sus propios límites. Con el tiempo, se convirtió en una excelente escaladora. Un día, su madre la vio en el parque escalando y se sorprendió al verla tan hábil y segura de sí misma.

Brena le demostró a su madre que podía practicar su pasión de manera segura y responsable. Desde ese día, su madre la apoyó en su amor por las alturas. Brena aprendió que, con determinación y perseverancia, podía superar cualquier obstáculo.

Y también comprendió la importancia de dialogar y encontrar soluciones para alcanzar sus sueños y pasiones.

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