Brenda y su gran actuación en Villa Esperanza
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña muy especial llamada Brenda. Desde muy pequeña, Brenda tenía una personalidad única y siempre decía que no a todo lo que se le proponía.
Un día soleado, mientras jugaba en el parque con sus amigos, llegó la señora Marta, una anciana muy querida por todos en el pueblo.
La señora Marta se acercó a Brenda y le preguntó: "¿Querida Brenda, podrías ayudarme a regar las flores de mi jardín?"Brenda frunció el ceño y respondió con su voz decidida: "¡No! No quiero regar flores". La señora Marta sonrió comprensivamente y dijo: "Está bien, querida.
Pero te aseguro que regar las flores es divertido y podrías descubrir tu amor por la jardinería". Brenda cruzó los brazos sobre su pecho y negó con la cabeza. Ella no podía entender cómo algo tan simple como regar flores podría ser divertido.
Mientras tanto, en otro rincón del parque, estaba Pablo, un niño aventurero lleno de energía. Pablo siempre estaba dispuesto a probar cosas nuevas y nunca decía que no a ninguna propuesta emocionante.
Un día después de clases, mientras Brenda caminaba hacia su casa arrastrando los pies por el aburrimiento de siempre decir que no a todo, se encontró con Pablo quien saltaba de alegría. "- ¡Hola Brenda! ¿Te gustaría venir conmigo al bosque mágico? Hay árboles gigantes y animales sorprendentes", invitó Pablo emocionado.
Brenda, como siempre, respondió con su voz decidida: "¡No! No quiero ir al bosque mágico". Pablo frunció el ceño y le dijo: "Brenda, no sabes lo que te estás perdiendo. En el bosque mágico podemos vivir aventuras increíbles y descubrir cosas maravillosas".
A pesar de las palabras de Pablo, Brenda se mantuvo firme en su postura. Ella creía que todo era aburrido y no valía la pena intentarlo.
Un día, mientras caminaba por el pueblo, Brenda escuchó un ruido extraño proveniente del parque. Se acercó corriendo y vio a todos los niños reunidos alrededor de una mesa llena de papeles y crayones.
Curiosa por saber qué estaba pasando, Brenda se acercó a uno de sus amigos y preguntó: "¿Qué están haciendo?"Su amigo sonrió y le dijo: "Estamos preparando una obra de teatro para celebrar el Día del Niño. Cada niño tiene un papel asignado".
Brenda miró a todos los niños emocionados mientras ensayaban sus líneas y pensó por un momento. Luego levantó la mano tímidamente y preguntó si todavía había algún papel disponible. Los niños se sorprendieron al ver a Brenda interesada en participar. Rápidamente le dieron un pequeño papel en la obra.
A medida que practicaban juntos, Brenda comenzaba a disfrutar cada vez más del proceso creativo. Aprendió nuevas palabras, trabajó en equipo con otros niños e incluso descubrió su talento para actuar. El día de la presentación llegó finalmente.
Brenda, vestida con su traje de teatro, estaba nerviosa pero emocionada por mostrar lo que había aprendido. Cuando subió al escenario y pronunció sus líneas, el público estalló en aplausos. Brenda se sintió orgullosa y feliz.
A partir de ese día, Brenda dejó de decir que no a todo y comenzó a abrirse a nuevas experiencias. Aprendió que decir "sí" puede llevarla por caminos inesperados y maravillosos.
Descubrió su pasión por el arte y la actuación, convirtiéndose en una niña creativa e inspiradora para todos los demás. Desde entonces, Villa Esperanza se llenó de alegría gracias a la transformación de Brenda.
Y así, esta pequeña loca que decía que no a todo se convirtió en una fuente constante de sorpresas y enseñanzas para todos los habitantes del pueblo.
FIN.