Brilla desde adentro


Había una vez en un hermoso bosque, una luciérnaga llamada Lila. Lila era diferente a las demás luciérnagas, ya que su luz no se encendía como la de sus amigos. Esto la hacía sentir muy triste y sola.

Lila pasaba sus días viendo cómo las demás luciérnagas brillaban y jugaban juntas en la oscuridad del bosque. Ella deseaba con todo su corazón poder brillar como ellas, pero por más que lo intentara, su luz simplemente no aparecía.

Un día, mientras caminaba tristemente por el bosque, Lila vio una pequeña mariposa volando cerca de ella. La mariposa tenía unas alas coloridas y parecía estar llena de alegría.

Lila decidió acercarse a ella y le preguntó:- ¡Hola! ¿Eres tú también diferente como yo? La mariposa sonrió y respondió:- ¡Hola amiguita! Sí, soy diferente porque tengo colores en mis alas. Pero eso no importa, lo importante es ser uno mismo y encontrar nuestra felicidad.

Lila se sintió inspirada por las palabras de la mariposa y pensó que tal vez podían ser compañeras de aventuras para iluminar el bosque juntas. - ¿Te gustaría ser mi compañera de aventuras? - preguntó emocionada Lila.

La mariposa aceptó con gusto y juntas comenzaron a explorar el bosque. Aunque la luz de Lila no brillaba como las otras luciérnagas, encontraron diferentes maneras creativas para alumbrar su camino en la oscuridad.

Una noche, mientras volaban cerca de un lago, Lila y la mariposa vieron algo brillante en el agua. Se acercaron curiosas y descubrieron que era una luciérnaga azul llamada Lucas. - ¡Hola! - saludó Lila alegremente -. Soy Lila, una luciérnaga amarilla que no brilla como las demás.

Lucas sonrió amablemente y respondió:- ¡Encantado de conocerte, Lila! Yo soy Lucas, una luciérnaga azul. A veces también me siento diferente a los demás.

Lila se dio cuenta de que no estaba sola en su tristeza y decidió contarles a Lucas y a la mariposa sobre su deseo de encontrar a alguien que pudiera alumbrar en la oscuridad junto a ella.

- Siempre he soñado con tener un compañero de aventuras para iluminar el bosque juntos - dijo Lila con esperanza. Lucas miró fijamente a Lila y le dijo:- Tal vez puedas encontrar tu luz interior. No necesitas depender de alguien más para brillar. Todos somos especiales y únicos de nuestra propia manera.

Las palabras de Lucas resonaron en el corazón de Lila. Comenzó a comprender que no importaba si su luz no era tan brillante como las demás luciérnagas, lo importante era aceptarse tal como era.

Desde aquel día, Lila dejó atrás su tristeza y comenzó a disfrutar cada momento en el bosque junto a sus nuevos amigos. Descubrió que podía ser feliz sin necesitar la luz exterior para sentirse especial.

Y así, mientras exploraban el bosque juntos, Lila aprendió que la verdadera luz se encuentra en el interior de cada uno. Aunque su luz no brillara como las demás, su alegría y amistad iluminaban el corazón de todos los que la conocían.

Y así, Lila, Lucas y la mariposa vivieron muchas aventuras juntos, alumbrando el camino con sus sonrisas y amistad. Y aunque Lila nunca pudo encender su propia luz externa, siempre supo que tenía una luz interna muy especial que la hacía única y querida por todos en el bosque.

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