Brillando desde adentro



Había una vez un niño llamado David que tenía unos rizos dorados tan largos y hermosos que parecían rayitos de sol en su cabeza.

Todos los días, David cuidaba con esmero sus rizos, los peinaba con delicadeza y los lucía con orgullo. Un día, la mamá de David decidió llevarlo a la peluquería para que le cortaran un poco el cabello y así poder peinarlo más fácilmente.

A pesar de estar un poco nervioso por el cambio, David confiaba en su mamá y se sentía emocionado por probar algo nuevo. Al llegar a la peluquería, David se sentó en la silla y le explicó al peluquero lo importante que eran sus rizos para él.

El peluquero asintió con una sonrisa y comenzó a trabajar en el cabello de David. Con cada tijeretazo, los rizos dorados caían al suelo, dejando al descubierto un cabello más corto pero igual de bonito.

"¿Estás bien, David?" -preguntó el peluquero preocupado por la expresión del niño. David se miró en el espejo y sintió un nudo en la garganta al ver cómo sus rizos habían desaparecido casi por completo.

Por un momento, se sintió triste y arrepentido de haberlos cortado. "Sí... sí estoy bien", respondió David con voz temblorosa. Al salir de la peluquería, David se tocaba constantemente el cabello corto mientras caminaba junto a su mamá.

Ella notó su silencio y decidió hablarle cariñosamente:"David, sé que extrañas tus rizos pero recuerda que lo importante no es cómo luzca tu cabello por fuera, sino quién eres tú en tu interior. Eres valiente por haber probado algo nuevo".

Las palabras de su mamá resonaron en la mente de David mientras regresaban a casa. Poco a poco fue aceptando su nuevo look y descubrió que seguía siendo el mismo niño lleno de alegría y bondad sin importar cómo llevara el cabello.

Con el tiempo, los rizos volvieron a crecer pero esta vez David aprendió a valorarlos sin depender completamente de ellos para sentirse especial. Comprendió que lo verdaderamente importante era ser auténtico consigo mismo y tener confianza en sus decisiones.

Desde ese día, cada vez que veía una foto con sus antiguos rizos sonreía recordando esa experiencia como parte de su historia personal llena de aprendizajes y enseñanzas importantes sobre la verdadera belleza interior.

FIN.

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