Brillando desde adentro



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una adolescente llamada Valentina. Valen, como la llamaban sus amigos, tenía 13 años y siempre se sentía insegura sobre sí misma. No quería llamar la atención, se vestía con ropa muy sencilla y rara vez sonreía. En la escuela, a menudo se sentía como si no encajara, y eso le preocupaba mucho.

Un día, mientras paseaba por el parque, Valen se encontró con su tutora, la Srta. Martínez. La Srta. Martínez era una mujer dulce y sabia, conocida por su habilidad para motivar a los estudiantes.

"Hola, Valen, ¿cómo estás?" - preguntó la Srta. Martínez con una sonrisa cálida.

"Hola, Srta. Martínez. Estoy bien, creo..." - respondió Valen, sin mucha confianza.

La tutora notó que Valen se veía un poco triste.

"Te noto un poco apagada. ¿Puedo ayudarte con algo?"

"No sé... A veces siento que no soy lo suficientemente buena en nada" - murmuró Valen, mirando al suelo.

La Srta. Martínez se sentó junto a ella en una banca del parque.

"Valen, eso no es cierto. Todos tienen algo especial dentro. A veces solo necesitamos ayuda para descubrirlo. Me gustaría que participes en una actividad de la escuela: un concurso de talentos. ¿Qué te parece?"

"No, gracias. No creo que tenga talento, y no quiero hacer el ridículo" - contestó Valen, casi en un susurro.

La Srta. Martínez sonrió con comprensión.

"Te entiendo. Pero, ¿y si lo vemos como una oportunidad para aprender y divertirte en lugar de ser solo un concurso? Lo que importa es intentarlo. ¿Qué te gustaría hacer?"

Valen pensó un momento.

"Siempre me ha gustado escribir, pero es algo muy privado. No sé si puedo hacerlo delante de otros"

"¡Eso es perfecto! Escribamos algo juntas primero y luego veremos cómo te sientes. ¿Te parece?"

Con un poco de duda, Valen aceptó. Juntas, comenzaron a escribir una historia sobre un dragón que soñaba con volar más alto que las nubes y ser amigo del viento. Ambas pasaron horas riendo y creando. Cuando terminaron, Valen se sintió tan emocionada como nunca.

La semana siguiente, la Srta. Martínez la animó a compartir su historia con el resto de los estudiantes en el círculo de lectura.

"No es una competencia, solo queremos escucharte. Tienes una voz preciosa y un gran talento" - dijo la tutora.

"Puedo intentarlo, pero quizás no sea tan buena como vos decís" - Valen se sentía nerviosa.

El día del círculo de lectura llegó, y Valen podía sentir cómo le palpitaba el corazón. Cuando fue su turno, dio un paso adelante. Observó a sus compañeros y respiró hondo.

"Hola, yo soy Valentina, y hoy quiero contarles sobre un dragón que..."

A medida que iba leyendo su historia, Valen comenzó a olvidarse del miedo y a disfrutar de la sonrisa en las caras de sus compañeros. Cuando terminó, hubo un fuerte aplauso, y se sintió más ligera.

"¡Valen, eso fue increíble!" - gritó su amiga Julia.

"Sí, me encantó la parte en que el dragón se convierte en amigo del viento" - añadió Lucas.

Valen sonrió con orgullo. La Srta. Martínez se acercó a ella después de la lectura.

"¿Viste? No necesitabas tener dudas. Solo necesitabas dar el primer paso"

"¡Gracias, Srta. Martínez! Nunca pensé que podría hacer eso" - dijo Valen, iluminada por la experiencia.

A partir de ese día, Valen empezó a participar más en la escuela. Poco a poco, su autoestima fue creciendo, y descubrió que no solo tenía talento para escribir, sino también para hacer amigos y ayudar a otros. La Srta. Martínez continuó apoyándola en su camino, siempre a su lado.

Apoyando a otros en sus pasiones y compartiendo sus propias historias, Valen se dio cuenta de que todos somos únicos y valiosos a nuestra manera.

Y así, Valentina se convirtió en la chica valiente que soñaba en grande y que, como el dragón de su historia, voló alto en el cielo de su propia vida.

Cada vez que sentía un poco de inseguridad, recordaba que en su interior había una chispa brillante esperando ser descubierta. En su corazón, sabía que todos tenemos luz, y lo más importante era no tener miedo de mostrarla.

Y así, la historia de Valentina se convirtió en un ejemplo de que a veces, todo lo que necesitamos es un poco de apoyo y fe en nosotros mismos para brillar con todo nuestro esplendor.

FIN.

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