Brillando en la Oscuridad



Había una vez, en un pequeño pueblo costero de Argentina, una niña llamada Ion.

Ion era una niña muy valiente durante el día, pero por las noches tenía miedo a la oscuridad y a los ruidos extraños que escuchaba mientras intentaba dormir. Su papá, Luis, siempre trataba de ayudarla a superar sus miedos antes de irse a dormir. Una noche, Luis tuvo una idea especial para ayudar a Ion: llevarla a la playa.

"Ion, ¿qué te parece si esta noche vamos juntos a la playa? Allí podrás ver lo hermoso que es el mar y te sentirás más tranquila", le propuso Luis con una sonrisa. Ion se emocionó al instante.

¡Ir a la playa era su actividad favorita! Sabía que allí se sentía segura y feliz. Asintió con entusiasmo y juntos se prepararon para su aventura nocturna. Cuando llegaron a la playa, Ion quedó sorprendida por la belleza del lugar bajo la luz de la luna.

Las olas del mar acariciaban suavemente la costa mientras el viento soplaba tranquilamente. "Mira Ion", dijo Luis señalando hacia el cielo estrellado. "Cada estrella representa un deseo que podemos hacer".

Ion miró hacia arriba y comenzó a hacer sus deseos en voz baja. Deseaba tener dulces infinitos, jugar todo el día sin parar y nunca más tener miedo por las noches. Luis sonrió mientras escuchaba los deseos de su hija e hizo algunos también.

Luego tomó las manos de Ion y caminaron lentamente hacia el agua. "¿Ves esas olas, Ion? Son como gigantes que se mueven suavemente.

No tienen nada de malo, solo están jugando", explicó Luis mientras señalaba las olas que rompían en la orilla. Ion miró fascinada cómo el agua llegaba a sus pies y luego retrocedía. Poco a poco, comenzó a sentirse más tranquila. El sonido suave del mar y la brisa fresca la envolvieron en una sensación de paz.

"Papá, ¿crees que los monstruos también pueden venir a la playa?", preguntó Ion con cierta inquietud. Luis se agachó y le dio un abrazo reconfortante. "No te preocupes, Ion.

Los monstruos no vienen a lugares tan hermosos como este. La playa es un lugar mágico donde solo hay espacio para cosas buenas". Ion sonrió al escuchar las palabras de su papá y decidió dejar atrás sus miedos por completo.

Juntos caminaron por la playa, jugando con la arena y recolectando almejas marinas brillantes. Cuando finalmente regresaron a casa, Ion estaba completamente relajada y lista para dormir sin miedo alguno.

A partir de esa noche especial en la playa, Ion aprendió que el miedo puede desaparecer cuando estamos rodeados de cosas hermosas y personas que nos aman. Cada vez que tenía miedo antes de dormir, recordaba el sonido del mar y lo valiente que se había sentido aquella noche en la playa junto a su papá.

Y así fue como Ion dejó atrás sus temores nocturnos para siempre, sabiendo que siempre habría momentos llenos de magia y amor que la acompañarían en su camino hacia los sueños.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!