Brillando juntas
Había una vez una niña llamada Fer Bonita, que estaba muy emocionada porque iba a comenzar su primer día de escuela. Se levantó temprano, se puso su uniforme nuevo y desayunó con entusiasmo.
Su mamá la acompañó hasta el colegio y le dio un fuerte abrazo antes de dejarla en su salón de clases. Al entrar al salón, Fer Bonita notó que todos los niños ya estaban sentados y hablando entre ellos.
Ella se sintió un poco nerviosa al ver caras desconocidas, pero decidió acercarse a alguien para hacer amigos. Fue entonces cuando vio a una niña llamada Cris, quien también parecía estar buscando compañía. Fer Bonita se acercó tímidamente a Cris y le sonrió.
-¡Hola! Soy Fer Bonita, ¿y tú? -dijo con amabilidad. Cris la miró sorprendida por un momento y luego respondió con timidez: -Hola Fer Bonita, soy Cris. ¿Eres nueva aquí? Así comenzó una hermosa amistad entre las dos niñas.
Juntas compartieron risas, secretos y aventuras durante todo el año escolar. A medida que pasaba el tiempo, Fer Bonita descubrió que Cris tenía un gran talento para dibujar mientras ella misma disfrutaba mucho cantando.
Un día, la maestra anunció que iban a organizar un festival escolar donde cada alumno debía mostrar su talento especial frente a toda la escuela. Fer Bonita estaba emocionada pero también nerviosa porque no sabía qué podía hacer para impresionar a todos.
-¿Qué vas a hacer en el festival, Fer Bonita? -preguntó Cris curiosa. Fer Bonita suspiró y respondió: -No lo sé, Cris. No tengo un talento especial como tú. Me siento un poco triste por eso.
Cris la miró con ternura y le dijo: -Fer Bonita, todos tenemos algo especial dentro de nosotros. Solo debes encontrarlo y dejarlo brillar. Aquellas palabras resonaron en el corazón de Fer Bonita.
Decidió que no importaba si no podía dibujar o cantar como Cris; ella tenía otras cualidades únicas que podría mostrar al mundo. Durante semanas, Fer Bonita reflexionó sobre lo que realmente disfrutaba hacer.
Un día se dio cuenta de que amaba ayudar a los demás y siempre estaba dispuesta a escuchar a sus amigos cuando tenían problemas. Llegado el día del festival escolar, Fer Bonita subió al escenario decidida a mostrar su talento especial.
Ante una audiencia expectante, comenzó a contar historias inspiradoras sobre la importancia de la amistad y cómo cada persona tiene algo valioso para ofrecer al mundo. Todos quedaron maravillados con las palabras de Fer Bonita.
Su historia tocó los corazones de todos los presentes y les recordó la importancia de valorarse mutuamente por quienes son. Desde ese día, Fer Bonita se convirtió en una fuente constante de inspiración para sus compañeros de clase.
Todos aprendieron que no es necesario tener un talento específico para ser valiosos; simplemente necesitan ser ellos mismos y compartir su amor con los demás.
Y así fue como Fer Bonita y Cris demostraron que la verdadera amistad y el valor personal no se basan en habilidades específicas, sino en la aceptación mutua y en ayudarse unos a otros a brillar. Juntas, dejaron una huella imborrable en el corazón de todos los que conocieron su historia.
FIN.