Brillando juntos


Había una vez una niña llamada Sofía que era muy vergonzosa. Siempre se ponía roja cuando tenía que hablar en público o hacer algo frente a mucha gente.

A pesar de su timidez, tenía un grupo de amigos muy divertidos y cariñosos. Un día, Sofía estaba jugando con sus amigos en el parque cuando vieron un cartel que anunciaba un concurso de talentos. Todos se emocionaron y comenzaron a planear qué acto podrían hacer juntos para participar.

Sofía quería mucho a sus amigos y no quería decepcionarlos, pero la idea de subir al escenario frente a tanta gente le daba mucho miedo. Aun así, no quería perderse la oportunidad de divertirse junto a ellos.

"Chicos, me encantaría participar en el concurso, pero me da mucha vergüenza"- dijo Sofía tímidamente. Sus amigos la miraron con ternura y le dijeron:"No te preocupes, Sofi. Nosotros te apoyaremos en todo momento. Juntos podemos superarlo".

Animada por las palabras de aliento de sus amigos, Sofía decidió enfrentar su miedo y aceptó participar en el concurso de talentos. El grupo comenzó a ensayar todos los días después del colegio. Tenían muchas ideas pero ninguna les convencía del todo.

Un día, mientras estaban pensando en nuevos actos para presentar, uno de los amigos propuso hacer una obra de teatro sobre la importancia del trabajo en equipo. Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a escribir el guion juntos.

Cada uno tenía un papel especial: había personajes graciosos, valientes e inteligentes. A medida que ensayaban, Sofía fue ganando confianza en sí misma. Sus amigos la alentaban y le recordaban lo importante que era su participación en el acto.

Llegó el día del concurso de talentos y Sofía estaba muy nerviosa. Su corazón latía tan fuerte como un tambor. Pero cuando subió al escenario junto a sus amigos, algo cambió dentro de ella.

"¡Hola a todos! Somos el grupo de teatro "Los valientes". Hoy les vamos a contar una historia sobre la amistad y el trabajo en equipo" -dijo Sofía con voz firme. La obra comenzó y Sofía se sintió cada vez más segura.

Sus amigos estaban allí, apoyándola en todo momento. Juntos lograron hacer reír y emocionar al público con su actuación. Al finalizar, recibieron una ovación de pie. Los aplausos resonaron en todo el auditorio.

Sofía se sentía feliz y orgullosa de sí misma por haber superado su timidez y haberse animado a compartir su talento. Desde ese día, Sofía dejó atrás su vergüenza y se convirtió en una niña más segura de sí misma.

Aprendió que no hay nada mejor que tener amigos que te apoyen incondicionalmente. Y así, los amigos siguieron compartiendo momentos divertidos juntos, siempre dispuestos a ayudarse mutuamente a enfrentar cualquier desafío que se presentara en sus vidas.

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