Brillando juntos



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, se acercaba el primer día de clases en la escuela "Rayito de Sol". Los niños y niñas estaban emocionados pero también un poco nerviosos por lo desconocido que les esperaba.

Entre ellos se encontraban Martina, una niña tímida pero muy inteligente, y Juan, un niño extrovertido y amante del fútbol. El primer día llegó y en el aula reinaba un silencio sepulcral.

La maestra, la señorita Rosa, les dio la bienvenida y les dijo que sería un año lleno de aprendizaje y diversión. Martina miraba a su alrededor con timidez mientras que Juan ya había hecho amigos y reía con ellos. Los días pasaron y Martina seguía sintiéndose sola.

Se sentaba en su pupitre sin hablar mucho con los demás. Juan, por otro lado, era el alma de la clase, siempre rodeado de amigos y haciendo travesuras.

Una tarde, durante el recreo, Martina estaba sentada en una banca observando a los demás jugar cuando Juan se acercó a ella. "¿Por qué no te unes a nosotros? ¡Vamos a jugar al fútbol!", le dijo con una sonrisa. Martina dudó al principio pero finalmente aceptó.

Esa tarde fue diferente para Martina. Descubrió que le encantaba jugar al fútbol y que tenía habilidades que ni ella misma conocía. Juan la animaba constantemente y los demás niños la aceptaron en su grupo sin dudarlo.

Con el paso de los días, Martina se fue soltando cada vez más. Ya no era la niña tímida del principio del año escolar; ahora era parte activa de la clase, participando en todas las actividades junto a sus nuevos amigos.

Llegó el día del acto escolar donde cada alumno debía presentar algo especial ante toda la escuela. Martina decidió hablar sobre su experiencia desde el temor inicial hasta la alegría de haber encontrado verdaderos amigos como Juan.

Cuando le tocó su turno frente al micrófono, Martina miró a todos sus compañeros reunidos en el patio con emoción. "Al principio tuve miedo e inseguridad", comenzó diciendo,"Pero gracias a mis amigos descubrí que juntos podemos vencer cualquier obstáculo".

Al terminar su discurso, todos aplaudieron emocionados. La señorita Rosa se acercó orgullosa a abrazarla mientras Juan le dedicaba una gran sonrisa desde su lugar en primera fila.

Desde ese día, Martina entendió que tener miedo es normal al enfrentarse a algo nuevo; pero lo importante es superarlo con valentía y rodearse de buenos amigos que te apoyen en todo momento.

Y así, entre risas y juegos, los niños y niñas de "Rayito de Sol" aprendieron una importante lección: juntos pueden convertir cualquier temor en alegría gracias a la magia de la verdadera amistad.

FIN.

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