Brillando juntos en el Colegio Santo Tomás


Había una vez en el Colegio de Santo Tomás de Aquino, en Fuentes de Andalucía, una profesora llamada África. Todos los niños la adoraban por su alegría, creatividad y pasión por enseñar.

Un día, mientras África daba clase a sus alumnos de segundo grado, llegó un nuevo estudiante llamado Lucas. Lucas era muy tímido y no se sentía cómodo participando en clase. África notó esto y decidió acercarse a él. "Hola Lucas, me llamo África.

¿Quieres que te ayude con algo?" -dijo con una sonrisa cálida. Lucas asintió tímidamente, y poco a poco comenzó a abrirse con la ayuda de África.

Ella descubrió que a Lucas le encantaba dibujar pero tenía miedo de mostrar sus creaciones al resto de la clase. África tuvo una idea brillante: organizar una exposición de arte en el colegio donde todos los niños pudieran mostrar sus trabajos.

Animó a Lucas a participar y juntos trabajaron en su dibujo para la exposición. El día de la exposición llegó y todos los padres y alumnos se reunieron para admirar las obras de arte.

Cuando le tocó el turno a Lucas, sintió un nudo en el estómago pero recordó las palabras de ánimo de África. "¡Vamos Lucas! Tú puedes hacerlo", le dijo ella con una sonrisa alentadora. Con valentía, Lucas mostró su dibujo ante todos. Para su sorpresa, recibió aplausos y felicitaciones por su talento.

Desde ese día, Lucas ganó confianza en sí mismo gracias al apoyo incondicional de África. La historia del éxito de Lucas se extendió por todo el colegio, inspirando a otros niños a seguir sus pasiones sin miedo al qué dirán.

Gracias al amor y dedicación de África, cada niño descubrió su potencial único y aprendió que siempre hay alguien dispuesto a ayudarte a brillar.

Y así, bajo la guía amorosa de África, el Colegio Santo Tomás se convirtió en un lugar donde cada niño era libre para ser quien realmente era y soñar en grande.

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