Brillando juntos en la Feria Educativa


Había una vez en la Escuela 91, un grupo de amigos muy divertidos y diferentes entre sí. Kiara era una niña creativa a la que le encantaba dibujar, siempre llevaba consigo su cuaderno y lápices de colores.

Leonel era todo lo contrario, disfrutaba jugar al fútbol con sus amigos en el recreo. Benjamín, por otro lado, siempre hacía macanas y travesuras que ponían de cabeza a los maestros.

Felipe también amaba el fútbol, pero tenía una gran habilidad para marcar goles. Daiana era introvertida pero muy buena compañera, siempre estaba dispuesta a ayudar a sus amigos cuando lo necesitaban. Leandro era un niño estudioso que se esforzaba mucho en sus tareas escolares.

Ludmila solía pasar largos ratos pensativa observando el mundo a su alrededor. Un día llegó un nuevo alumno llamado Ian. Era un apasionado del fútbol como Felipe e Ian rápidamente se hicieron amigos inseparables.

Juntos formaron un dúo imbatible en los partidos de fútbol durante los recreos. Dylan, por otro lado, era bastante distraído y siempre se olvidaba las cosas en casa o perdía sus útiles escolares. A veces parecía vivir en su propio mundo.

La escuela 91 organizó una feria educacional donde cada alumno debía exponer alguna actividad o talento especial. Todos estaban emocionados con esta oportunidad para mostrar lo que podían hacer. Kiara decidió presentar sus hermosos dibujos y pinturas.

Pasó muchas noches preparándose para la feria, dibujando con dedicación y amor. Leonel y Felipe se unieron para crear una exhibición de fútbol, mostrando sus mejores jugadas y compartiendo su pasión con los demás.

Daiana decidió organizar un rincón de lectura en la feria, donde los alumnos podían disfrutar de libros interesantes y compartir historias entre ellos. Leandro sorprendió a todos con una exposición sobre el espacio exterior, mostrando planetas y estrellas hechos por él mismo.

Ludmila presentó un rincón de reflexión donde los alumnos podían sentarse a pensar en sus sueños y metas. Ian, inspirado por la pasión de sus amigos por el fútbol, organizó una mini cancha en la que todos podían jugar partidos amistosos durante la feria.

Dylan no sabía qué presentar porque siempre se olvidaba de hacer las cosas. Pero gracias al apoyo de sus amigos, logró recordar que tenía habilidades para el malabarismo. Así que decidió mostrar su talento durante la feria.

El día de la feria llegó y todos los alumnos estaban emocionados por mostrar lo que habían preparado. Los padres también asistieron con orgullo a ver a sus hijos brillar.

Kiara recibió muchos halagos por sus hermosos dibujos, mientras que Leonel y Felipe demostraron su destreza en el fútbol frente a todos los espectadores. Daiana fue muy querida por su rincón de lectura, donde muchos niños encontraron libros que les encantaron.

Leandro impresionó a todos con su conocimiento sobre el espacio exterior e Ian hizo felices a muchos niños al permitirles jugar al fútbol en su mini cancha. Ludmila logró que muchos niños reflexionaran sobre sus sueños y metas, inspirándolos a seguir adelante.

Dylan, por fin, pudo mostrar su talento para el malabarismo y dejó a todos con la boca abierta. Los padres aplaudieron emocionados al ver a sus hijos brillar en la feria educacional.

Ese día, los amigos de la Escuela 91 aprendieron una valiosa lección: cada uno tenía habilidades únicas y especiales que podían compartir con los demás. Aunque fueran diferentes entre sí, se complementaban y se apoyaban mutuamente para alcanzar sus sueños.

Desde ese día, Kiara siguió dibujando hermosas obras de arte, Leonel y Felipe continuaron jugando al fútbol juntos, Benjamín aprendió a canalizar su energía en actividades positivas. Daiana siguió siendo una compañera increíblemente buena para todos. Leandro continuó estudiando para alcanzar todas sus metas académicas.

Ludmila encontró paz en el poder de la reflexión y Ian siguió compartiendo su pasión por el fútbol con otros. Y Dylan... bueno, Dylan aún era un poco distraído pero siempre contaba con sus amigos para recordarle las cosas importantes.

La amistad y el respeto hacia las habilidades de cada uno hicieron que estos amigos disfrutaran de una infancia llena de alegría e inspiración en la Escuela 91.

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