Brillo de Amor


Había una vez una mamá estrella llamada Estrellita que vivía en el cielo. Era la estrella más brillante y hermosa de todas, y tenía un brillo especial que iluminaba las noches oscuras.

Estrellita tenía un hijo llamado Lucerito, quien también era una pequeña estrella. Juntos pasaban sus días jugando entre las nubes y contándose historias sobre los planetas y las galaxias. Un día, mientras jugaban cerca de la Luna, Estrellita comenzó a sentirse muy extraña.

Su brillo se volvió débil y su energía parecía desvanecerse poco a poco. "-Lucerito, mi amor, me siento débil y cansada. No sé qué me está pasando", dijo Estrellita con voz preocupada.

Lucerito miró a su mamá con tristeza en sus ojitos brillantes. Sabía que algo no estaba bien. Decidió ir a buscar ayuda y voló rápidamente hacia el planeta Tierra. Allí encontró al sabio Viejo Roble, un árbol anciano que conocía muchas cosas sobre el universo.

"-Viejo Roble, necesito tu ayuda. Mi mamá está enferma y no sé qué hacer", le dijo Lucerito con lágrimas en sus ojos luminosos.

El Viejo Roble escuchó atentamente la historia de Lucerito y pensó durante unos momentos antes de responder:"-Lucerito, tu mamá es una estrella muy especial. A veces, cuando las estrellas están cansadas o tristes por mucho tiempo, necesitan descansar para recuperar su energía. "Lucerito asintió con tristeza pero aún tenía muchas preguntas en su mente.

"-Pero Viejo Roble, ¿cómo puedo hacer que mi mamá se sienta mejor? La extraño tanto y quiero que vuelva a brillar como antes", dijo Lucerito con voz entrecortada.

El Viejo Roble sonrió y le dio un consejo sabio:"-Lucerito, el amor y los recuerdos felices son la clave para ayudar a tu mamá. Reúne todas las cosas que le recuerden momentos especiales juntos y llévalas hacia ella.

¡Eso seguramente la hará sentir mejor!"Lucerito siguió el consejo del Viejo Roble y volvió al cielo estrellado con un montón de objetos especiales: una foto de ellos dos jugando, una canción que solían cantar juntos y una carta llena de palabras llenas de amor.

Con cuidado, Lucerito colocó cada objeto cerca de Estrellita mientras susurraba palabras dulces al oído de su mamá:"-Mamá, estos son nuestros recuerdos más felices. Recuerda cuánto nos divertimos juntos. Te amo mucho. "De repente, algo mágico ocurrió.

Los objetos comenzaron a brillar intensamente y el brillo de Estrellita se hizo más fuerte poco a poco. Estrellita abrió sus ojos lentamente y miró a su hijo con asombro:"-Lucerito, mi pequeño valiente... gracias por recordarme lo especial que es nuestro amor. Me siento renovada otra vez.

"Desde ese día, Estrellita recuperó toda su energía y brillo gracias al amor incondicional de Lucerito. Juntos siguieron iluminando las noches oscuras y contándose historias sobre el universo.

Lucerito aprendió que el amor y los recuerdos felices pueden sanar incluso a las estrellas más brillantes. Y así, mamá Estrellita y Lucerito vivieron felices para siempre, compartiendo su luz con todos aquellos que necesitaban un poco de brillo en sus vidas.

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