Brillo de Luna
Había una vez en un pequeño pueblo a orillas de un hermoso río, una joven llamada Luna. Luna era una chica alegre y curiosa, con largos cabellos negros como la noche y ojos brillantes como dos lunas llenas.
Desde pequeña, Luna había sentido una profunda conexión con el río que fluía cerca de su casa. Pasaba horas contemplando sus aguas cristalinas y escuchando el suave murmullo de la corriente.
Un día, durante un paseo por la orilla del río, Luna se encontró con un joven pescador llamado Mateo. Mateo era alto y apuesto, con una sonrisa cálida que iluminaba su rostro curtido por el sol. Desde ese momento, Luna y Mateo se hicieron inseparables.
Juntos recorrían los senderos junto al río, compartiendo risas y confidencias mientras el sol se ponía en el horizonte.
Una tarde de verano, el pueblo anunció un gran baile en honor al río que los alimentaba y daba vida a sus campos. Luna estaba emocionada por asistir al festival junto a Mateo. Se puso su vestido más bonito, adornado con flores silvestres que ella misma había recolectado en las laderas cercanas.
Al llegar al baile, Luna y Mateo fueron recibidos con alegría por todos los habitantes del pueblo. La música resonaba en el aire mientras parejas bailaban al ritmo de la melódica canción interpretada por músicos locales.
Luna y Mateo se tomaron de las manos y comenzaron a bailar juntos bajo la luz de las estrellas. Los movimientos gráciles de Luna combinaban perfectamente con la destreza de Mateo para guiarla en cada paso.
"Eres mi estrella guía en este baile de la vida", le susurró Mateo al oído mientras giraban suavemente sobre la pista iluminada por velas. "Y tú eres mi ancla en este río turbulento", respondió Luna con ternura mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Mateo.
La noche transcurrió entre risas, abrazos y miradas cómplices entre Luna y Mateo. El amor que sentían uno por el otro crecía como las aguas del río que fluían eternamente hacia un destino desconocido pero prometedor.
Al finalizar el baile, Luna y Mateo regresaron a casa tomados de la mano, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.
Y así fue como esta historia de amor junto al río se convirtió en leyenda en aquel pequeño pueblo donde dos corazones encontraron su hogar para siempre.
FIN.