Brillo de Superluna


Había una vez una niña llamada Luna, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Ella era muy curiosa y siempre se preguntaba sobre el mundo que la rodeaba.

Una noche, mientras miraba al cielo, se dio cuenta de que la luna estaba más grande y brillante de lo normal. - ¡Mamá! ¡Papá! -gritó Luna emocionada-. ¿Han visto la luna? Es enorme esta noche. - Sí, hija -respondió su mamá-. La llaman —"superluna" .

Ocurre cuando la luna está más cerca de la Tierra. Llena de alegría e intriga, Luna decidió salir a explorar el bosque cercano para ver si podía acercarse aún más a esa hermosa superluna.

Después de caminar un rato por el bosque oscuro y frondoso, encontró un claro donde se podía ver claramente el cielo nocturno iluminado por esa enorme luna blanca. De repente, escuchó una voz suave detrás de ella. - Hola, pequeña Luna.

¿Qué haces aquí tan sola? Luna se sorprendió al darse cuenta que había alguien más allí con ella: ¡era la propia luna! - No puedo creerlo -dijo Luna sin poder contener su emoción-. Estoy hablando con la luna.

La luna sonrió y le dijo:- Sí, pequeña amiga mía. Soy yo misma. Y tengo algo importante que decirte: tú también puedes ser como yo algún día.

Luna no entendió bien lo que quería decirle la luna con eso pero decidió seguir escuchando atentamente. - Verás, Luna -continuó la luna-, todos tenemos un brillo especial dentro de nosotros. Algo que nos hace únicos y especiales.

Pero a veces, ese brillo se pierde en el camino porque dejamos que otros nos digan quiénes somos o qué debemos hacer. Luna asintió con la cabeza mientras escuchaba cada palabra de la luna con atención. - Tú tienes un gran potencial, Luna -siguió diciendo la luna-.

Y debes seguir tus sueños y explorar el mundo a tu alrededor para encontrar lo que te hace feliz. No importa si es algo pequeño o grande, siempre y cuando sea algo que te llene de alegría y satisfacción interior.

Luego de escuchar estas palabras tan inspiradoras e importantes para su vida, Luna decidió que ella también quería brillar como la superluna esa noche. Así que decidió seguir sus sueños y ser fiel a sí misma sin importar las opiniones de los demás.

Desde esa noche mágica en el bosque, Luna nunca dejó de buscar su propio brillo especial. Y aunque encontró muchos obstáculos en el camino, nunca perdió su determinación ni su capacidad para soñar en grande.

Y así fue como la pequeña Luna aprendió una lección importante gracias a una charla con alguien muy especial: ¡nada menos que la propia luna!

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