Brillo en la Oscuridad



nde refugiarse. El hermano mayor, llamado Tito, era valiente y decidido, mientras que el hermano menor, llamado Pepe, era más tímido y asustadizo. Tito se adentró en las calles de la ciudad en busca de comida.

Pasó por mercados y restaurantes, pero no encontraba nada para él y su hermano. De repente, vio a lo lejos un pescadero tirando algunos restos de pescado a la basura.

Sin dudarlo, Tito se acercó sigilosamente y agarró un trozo de pescado con su boca. Estaba tan emocionado que corrió de regreso al lugar donde había dejado a Pepe. "¡Pepe! ¡Mira lo que encontré! Tenemos comida para hoy", dijo Tito emocionado.

Pepe miró el trozo de pescado con ojos brillantes y una sonrisa en su rostro. Estaba muy feliz de tener algo para comer gracias a la valentía de su hermano. "¡Gracias, Tito! Eres el mejor hermano del mundo", dijo Pepe mientras compartían el delicioso festín.

Después de saciar su hambre, ambos gatitos se pusieron en marcha nuevamente en busca de un lugar donde pasar la noche.

Caminaron por las calles oscuras y frías hasta que encontraron un callejón con cajas viejas apiladas que parecían ser un buen refugio para pasar la noche. Mientras dormían abrazados para darse calor mutuamente, escucharon unos ruidos extraños provenientes del final del callejón. Tito se despertó sobresaltado y despertó a Pepe susurrando:"Pepe, despierta. Alguien viene hacia aquí.

"Ambos gatitos se pusieron alerta y vieron acercarse a un perro callejero grande y animal que parecía estar buscando algo entre las basuras del callejón. Los gatitos temblaban de miedo al ver al perro acercarse cada vez más.

Sin embargo, el perro los sorprendió cuando les entregó un trozo grande de pan que había encontrado entre las basuras antes de sentarse frente a ellos tranquilamente. "No tengo mucho yo mismo, pero sé lo difícil que es encontrar comida en estas calles.

Compartamos este pan", dijo el perro con amabilidad. Los gatitos no podían creer la generosidad del perro e inmediatamente aceptaron compartir el pan con él.

Así pasaron la noche juntos: tres extraños convertidos en amigos gracias a la solidaridad y bondad compartida en tiempos difíciles.

A partir de esa noche, Tito, Pepe y su nuevo amigo canino recorrieron juntos las calles buscando comida y refugio, enfrentando juntos los desafíos que les presentaba la gran ciudad pero sabiendo que siempre podían contar los unos con los otros para salir adelante. Y así demostraron que incluso en los momentos más oscuros siempre hay luz si uno está dispuesto a compartirla con quienes nos rodean.

FIN.

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