Bruno, un niño que viaja a jugar al espacio




Había una vez, en un pequeño pueblo en Argentina, un niño llamado Bruno. Bruno era un niño curioso y soñador que siempre miraba las estrellas con ojos brillantes.

Soñaba con viajar al espacio y jugar entre las estrellas, y siempre le decía a su abuela que algún día se convertiría en astronauta. - 'Abuela, quiero ser astronauta y jugar en el espacio', le decía Bruno con entusiasmo. - 'Eso sería maravilloso, Bruno.

Nunca dejes de perseguir tus sueños', respondió la abuela con una sonrisa. Bruno pasaba horas leyendo sobre el espacio, las estrellas y los planetas. Un día, mientras miraba las estrellas en su telescopio, vio algo que lo dejó sin aliento.

Una brillante luz descendió del cielo y aterrizó en el patio trasero de su casa. Antes de que Bruno pudiera entender lo que estaba sucediendo, la luz lo rodeó y lo transportó al espacio.

Al abrir los ojos, se encontró flotando en gravedad cero, rodeado de estrellas y planetas. A lo lejos, vio una nave espacial que se acercaba. Con asombro, vio a un grupo de alienígenas amigables que lo invitaron a unirse a ellos en su nave.

- '¡Hola, Bruno! Hemos estado observando tus sueños desde lejos y hemos venido a cumplirlos. Queremos que vengas a jugar con nosotros en el espacio', dijo el líder alienígena. Bruno no podía creer lo que estaba sucediendo, pero no podía ocultar su emoción.

Se unió a los alienígenas y juntos comenzaron a explorar el espacio, saltando entre asteroides, descubriendo planetas y conociendo a seres de todas partes del universo. Con el tiempo, Bruno se convirtió en un experto en juegos espaciales y enseñó a los alienígenas sobre los juegos humanos.

Eventualmente, los alienígenas llevaron a Bruno de vuelta a la Tierra, donde fue recibido como un héroe. A partir de ese día, Bruno siguió soñando con el espacio, sabiendo que siempre habría un lugar para él entre las estrellas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!