Bufandas de amor
Había una vez una niña llamada Mery que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Se acercaba la navidad y Mery estaba muy preocupada porque sabía que su familia estaba pasando por problemas económicos.
Su mamá le había contado que habían ahorrado dinero en una latita de galletas, pero la abuelita, sin saberlo, la había arrojado a la basura pensando que ya no servía. Mery se sentó en su habitación con lágrimas en los ojos.
Quería hacer algo para ayudar a su familia, pero no sabía cómo. Fue entonces cuando tuvo una brillante idea: ¡iba a emprender! La niña recordó que sabía tejer y decidió hacer bufandas para venderlas.
Tomó todos los hilos y lanas que encontró en casa y comenzó a trabajar con entusiasmo. Pasaba horas frente al telar, tejiendo con todas sus fuerzas. Cuando terminó su primera bufanda, Mery fue corriendo a enseñársela a su mamá.
"-¡Mamá! ¡Mira lo que hice! Voy a vender estas bufandas para ayudarte con el dinero", exclamó emocionada. Su mamá sonrió orgullosa y le dio un fuerte abrazo. "-Eres una niña muy valiente y creativa, Mery", le dijo cariñosamente.
Al día siguiente, Mery llevó algunas de las bufandas al mercado local. Puso un cartelito diciendo "Bufandas hechas con amor" y esperó ansiosa por los clientes. Poco a poco fueron llegando personas interesadas en comprar sus bufandas.
Algunos se sorprendían al ver que una niña tan pequeña pudiera hacer algo tan bonito. Mery les contaba su historia y cómo quería ayudar a su familia en estos momentos difíciles.
La noticia sobre la valiente niña emprendedora se fue corriendo por todo el pueblo y muchas personas comenzaron a comprar sus bufandas. Incluso algunos le pidieron que les enseñara a tejer, lo cual Mery aceptó con gusto. Con cada bufanda vendida, Mery sentía una gran satisfacción.
Sabía que estaba ayudando a su familia y también estaba haciendo felices a las personas que compraban sus productos. Pasaron los días y la navidad se acercaba cada vez más.
Gracias al esfuerzo de Mery, su familia pudo tener una cena especial y regalos debajo del árbol. La alegría llenó la casa y todos estaban muy agradecidos por el espíritu emprendedor de la pequeña niña. Mientras todos disfrutaban de la navidad, Mery miró alrededor y sonrió.
Había aprendido una valiosa lección: no importa cuán difícil sea la situación, siempre hay formas de salir adelante si tienes determinación, creatividad y amor en tu corazón. Desde aquel día, Mery siguió tejiendo bufandas y creando nuevos diseños para vender.
Su negocio creció aún más y pudo ayudar no solo a su familia, sino también a otras personas necesitadas del pueblo. Y así fue como la historia de Mery se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los niños del pueblo.
Aprendieron que no importa cuán pequeños sean, pueden lograr grandes cosas si tienen fe en sí mismos y trabajan duro por sus sueños.
Mery nunca olvidó aquellos momentos difíciles que la llevaron a emprender, pero siempre supo que gracias a ellos se convirtió en una niña valiente y llena de esperanza. Y así, cada navidad, recordaba con alegría cómo su determinación había transformado su vida y la de quienes la rodeaban.
FIN.