Buildy y la Casa en Construcción



Era un día soleado cuando la familia Gómez llegó a su nueva casa. Era una bonita construcción, pero todavía le faltaban algunas cosas. La pequeña Sofía, su hermano Lucas, su mamá Ana y su papá Tomás estaban emocionados. Pero había algo diferente en esa casa: un gran casco de construcción amarillo, llamado Buildy, que había estado observando el proceso de construcción desde el comienzo.

"¡Hola!", saludó Buildy con una voz alegre.

"¿Quién habla?", preguntó Sofía, mirando a su alrededor.

"Soy yo, Buildy, el casco de construcción. ¡Estoy aquí para ayudarles!"

La familia se sorprendió y sonrió. Nunca se imaginaron que un casco podría hablar.

"¿En qué nos podés ayudar?", inquirió Lucas.

"Les puedo mostrar todo lo que falta para que su casa sea perfecta y darles algunos consejos de seguridad. ¡Seguirme!"

Y así, Buildy llevó a la familia por la casa en construcción. Entraron al amplio salón, donde había cajas y herramientas desperdigadas por el suelo.

"Aquí es donde podrán hacer la Navidad en familia", dijo Buildy señalando el espacio.

"¡Qué lindo!", exclamó Sofía, imaginando el árbol decorado.

Luego pasaron a la cocina, donde se oía un ruido extraño.

"¿Qué es eso? , preguntó Ana.

"Eso es un martillo neumático, hay que tener cuidado porque hace mucho ruido y puede ser peligroso al estar trabajando", explicó Buildy.

De repente, comenzaron a aparecer trabajadores, llevando materiales pesados y subiendo escaleras.

"¡Oh no! ¡Es un poco caótico!", dijo Tomás.

"No se preocupen, esto es normal en una obra. Recuerden siempre permanecer en los lugares seguros y usar casco, como yo", bromeó Buildy.

La familia continuó explorando.

"Miren, ¡la habitación de juguetes!", gritó Lucas, viendo un espacio vacío que pronto se llenaría de diversión.

"¡Tendremos que llenarlo de buenos recuerdos!", agregó Sofía.

Después, llegaron a un salón oscuro y lleno de polvo.

"¿Y aquí qué vamos a hacer?", preguntó Ana.

"Aquí pueden hacer un cine en casa. Solo necesitan un proyector y muchas palomitas", sugirió Buildy.

La familia comenzó a entusiasmarse y a planear cómo decorar cada rincón de su nueva casa. De repente, el perro de la familia, Max, entró corriendo y se metió en una pequeña montaña de arena.

"¡Max! ¡Tené cuidado!", gritó Lucas.

"No pasa nada, siempre y cuando estén atentos a su alrededor. Esa es una regla de oro en cualquier obra", dijo Buildy.

Mientras recorrían la casa, algo inesperado ocurrió: ¡una tubería comenzó a gotear!"¡Ayudame, Buildy!", gritó Ana.

"No se preocupen, esto pasa a menudo. Vamos a avisar a uno de los trabajadores, así lo arreglan de inmediato", sugirió Buildy.

La familia se sintió aliviada al saber que siempre podrían contar con Buildy.

"¡Es un buen amigo!", comentó Lucas.

Finalmente, Buildy los llevó al patio trasero, donde el sol iluminaba un hermoso espacio.

"Aquí es donde podrán jugar, hacer asados y disfrutar en familia. ¡El lugar perfecto para los mejores momentos juntos!", dijo Buildy.

"Todo suena increíble, Buildy", respondió Sofía, emocionada.

"Hoy hemos aprendido mucho sobre construcción y seguridad. ¡Gracias por ser nuestro guía!", añadió Ana.

Con el sol poniéndose, la familia se despidió de Buildy.

"¡Hasta pronto, amigos! Recuerden siempre que la construcción es pura diversión y transformación!", gritó Buildy mientras se alejaba.

Esa noche, mientras cenaban, la familia Gómez habló sobre su nuevo hogar. Cada uno compartió una idea de lo que harían en su nueva casa: noches de cine, aventuras en el patio y mucho más.

"¡Estoy seguro de que será el mejor lugar del mundo!", concluyó Tomás, sonriendo a todos.

Y así, la familia no solo aprendió sobre construcción, sino también sobre la importancia de la seguridad, el trabajo en equipo y, sobre todo, los vínculos que se crean en un hogar.

"¡Gracias, Buildy!", repitieron todos con una gran sonrisa en el rostro.

FIN.

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