Caca Sele y la receta mágica
Había una vez un pequeño y travieso personaje llamado Caca Sele. Caca Sele era una divertida caca que vivía en el inodoro de la casa de una familia muy simpática.
Cada día, Caca Sele se despertaba con mucha energía y comenzaba a jugar por todo el baño. Saltaba de un lado a otro, haciendo travesuras y riendo sin parar. Pero había algo que siempre le preocupaba: no tener una casa propia.
Un día, mientras exploraba los rincones del baño, Caca Sele encontró un pedazo de papel higiénico abandonado en el suelo. Se acercó curioso y leyó las palabras escritas en él: "Búsqueda de hogar para cacas perdidas".
Sin perder tiempo, Caca Sele decidió seguir esas instrucciones y buscar ayuda para encontrar su propio hogar. Salió del inodoro valientemente y comenzó su aventura por toda la casa. Pronto llegó a la cocina, donde encontró al señor Cocina preparando la comida del día.
"-Señor Cocina, necesito encontrar un hogar para mí", dijo Caca Sele con voz entusiasta. El señor Cocina lo miró sorprendido pero sonrió amablemente.
"-¡Claro que sí! En mi cocina hay lugar para todos", respondió mientras le ofrecía un rincón limpio y seguro donde vivir. Caca Sele estaba emocionado con su nuevo hogar en la cocina. Pero aún le faltaba algo muy importante: compañía. Decidió salir nuevamente a buscar amigos por toda la casa.
Encontrándose con cada uno de los personajes del hogar, como el señor Sala o la señora Dormitorio, Caca Sele les pedía ayuda para encontrar nuevos amigos. Pero nadie parecía entender su necesidad.
Desilusionado y triste, Caca Sele regresó a la cocina y se sentó en su rincón solitario. Sin embargo, algo inesperado ocurrió: el aroma delicioso de la comida comenzó a llenar el aire.
Cada uno de los personajes de la casa fue siguiendo ese delicioso olor hasta llegar a la cocina y encontrarse con Caca Sele rodeado de platos exquisitos. "-¡Caca Sele! ¡Eres un chef increíble!", exclamaron emocionados. A partir de ese día, Caca Sele se convirtió en el chef oficial de la casa.
Preparaba las comidas más sabrosas para toda la familia y se ganaba su cariño y respeto. Además, todos los días compartían divertidos momentos juntos. Cada noche, antes de dormir, Caca Sele miraba al cielo estrellado desde la ventana de la cocina y sonreía felizmente.
Había encontrado un hogar donde era valorado por sus habilidades culinarias y había conocido amigos que lo aceptaban tal como era.
Y así concluye nuestra historia sobre Caca Sele, una pequeña caca valiente que encontró su lugar en el mundo gracias a su talento único y al amor que recibió de aquellos que lo rodeaban. Porque todos merecemos tener un hogar donde nos sintamos queridos y apreciados por ser quienes somos.
FIN.