Cacu, el submarino valiente
Había una vez un pequeño submarino llamado Cacu que estaba hecho completamente de caca. Muchos se reían y burlaban de él, pero Cacu no se dejaba vencer por los comentarios negativos.
Un día, Cacu decidió explorar el océano para demostrarle al mundo que su apariencia no definía quién era él realmente. Se sumergió en las profundidades del mar y comenzó a descubrir cosas increíbles que nunca antes había visto.
De repente, escuchó una voz temblorosa detrás de él: "-Oye, ¿eres un submarino de caca?" Era un pez pequeñito que parecía asustado. Cacu respondió con valentía: "-Sí, soy un submarino de caca. ¿Y qué? Eso no me define como persona.
"El pez quedó impresionado con la respuesta y decidió acompañarlo en su aventura. Juntos exploraron cuevas misteriosas llenas de tesoros perdidos y nadaron junto a criaturas marinas majestuosas.
Sin embargo, cuando llegaron a una zona oscura del océano, se encontraron con un gran tiburón blanco hambriento. El pececito empezó a temblar y llorar mientras Cacu intentaba idear un plan para salvarlos. Fue entonces cuando recordó algo importante: aunque era diferente al resto, eso lo hacía especial y único en su propia forma.
Con esa idea en mente, Cacu tomó coraje e hizo algo inesperado: lanzó sus propias heces hacia el tiburón para distraerlo mientras escapaban. Aunque el acto fue desagradable, funcionó y lograron salir ilesos.
El pez agradeció a Cacu por su valentía y le dijo: "-Nunca había conocido a alguien tan valiente como tú. "Desde ese día en adelante, Cacu se convirtió en un héroe para todos los habitantes del océano.
Aprendieron que la apariencia no importa y que lo importante es ser fiel a uno mismo y encontrar el valor dentro de sí mismos.
Y así termina la historia de Cacu, el submarino de caca que demostró al mundo que no hay nada más poderoso que creer en uno mismo sin importar las circunstancias.
FIN.