Camarón Catrín y el Gran Concurso de Amigos
Había una vez un lugar mágico llamado la Isla de la Amistad, donde vivían tres amigos extraordinarios: Camarón Catrín, Melón y Mango. Camarón era un langostino elegante y carismático, Melón un dulce y alegre melón que siempre veía el lado positivo de las cosas, y Mango, un divertido mango que siempre inventaba chistes.
Un día, el pueblo organizó un gran concurso de amistades, donde los amigos tendrían que demostrar lo que significaba ser verdaderamente compañeros. El premio era un viaje en barco a la nunca antes vista Isla de los Sueños.
- “¡Vamos, amigos! ¡Tenemos que inscribirnos! ”, exclamó Camarón Catrín con entusiasmo.
- “¡Sí! ” dijo Melón con su sonrisa deslumbrante. “¿Qué tenemos que hacer? ”
- “Haremos una actuación sobre lo que hace que nuestra amistad sea especial”, explicó Mango, que había estado pensando en eso.
Los amigos se pusieron a trabajar de inmediato. Decidieron que harían una obra de teatro. En la obra, cada uno contaría su historia sobre cómo se habían conocido y lo que habían aprendido el uno del otro.
El día del concurso, el lugar estaba lleno de público. Los amigos estaban nerviosos pero emocionados. Camarón fue el primero en hablar:
- “Una vez, me sentía muy solitario en esta isla, pero un día conocí a Melón, quien me enseñó a compartir la alegría con los demás. ¡Me hizo ver la vida de una manera nueva! ”
Melón, tomando el relevo, dijo:
- “Y yo conocí a Mango, quien siempre hace reír a todos. Me enseñó que en momentos tristes, un buen chiste puede alegrarte el día.”
Finalmente, Mango, con una sonrisa radiante, se dirigió al público:
- “Y juntos, formamos una cadena de amistad que nunca se quiebra. Venimos de diferentes mundos, pero nuestras diferencias nos hacen fuertes, ¡cada día aprendemos algo nuevo! ”
Cuando terminaron, el público estalló en aplausos. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de recibir su premio, un grupo de ranas comenzó a discutir entre sí.
- “¿Por qué las ranas están tan tumultuosas? ” se preguntó Camarón, mirando a sus amigos.
Las ranas querían que las incluyeran en el concurso porque también eran amigos y se sentían excluidas. Camarón Catrín, siempre amable, se acercó a ellas:
- “¡Claro que sí! La amistad no tiene límites, ¿verdad, Melón? ”
- “¡Exacto! Podemos hacer un nuevo número juntos”, añadió Melón con entusiasmo.
- “¿Qué les parece si hacemos una obra en conjunto? ”, sugirió Mango audazmente.
Las ranas estaban encantadas y se unieron a la actuación. Hicieron un hermoso número colaborativo mostrando cómo la diversidad en la amistad puede unir a todos. Finalmente, cuando terminaron todos juntos, el jurado salió con el veredicto:
- “¡Todos ustedes son ganadores! Han demostrado que la verdadera amistad es incluir a todos y celebrar las diferencias.”
Camarón, Melón y Mango se miraron por un instante, sintiendo la alegría de lo que habían logrado: no solo ganaron el concurso, sino que habían unido a todos en un solo patrón de amistad.
- “¡Nos vamos a la Isla de los Sueños! ” gritó Camarón emocionado.
- “Y llevaremos a nuestras nuevas amigas ranas también”, dijo Melón.
Las ranas croaron de alegría, y todos juntos partieron en un barco a la Isla de los Sueños, donde disfrutarían de aventuras y aprenderían que la verdadera amistad se basa en el respeto, la inclusión y la alegría compartida.
Y así, Camarón Catrín, Melón y Mango, junto a sus nuevos amigos, vivieron felices, siempre buscando nuevas formas de celebrar su hermosa amistad.
FIN.