Cami y la fuerza de la amistad


Había una vez en una escuela muy colorida y alegre, una niña llamada Cami. Cami era muy inteligente y divertida, pero tenía un problema: no le caía bien su compañero de clases Juan.

¿La razón? Simplemente porque Juan era moreno. Desde el primer día que Juan llegó a la escuela, Cami lo miraba con desconfianza y hacía comentarios desagradables sobre él. "¡No me gusta Juan! ¡Es moreno y seguro es malo!", decía Cami a sus amigos.

Un día, la maestra organizó un trabajo en parejas y decidió juntar a Cami con Juan. Al principio, Cami se resistió y protestó ante la maestra, pero finalmente tuvo que aceptar trabajar con él.

Durante el trabajo en equipo, Cami se sorprendió al descubrir que Juan era muy amable, inteligente y divertido. Juntos lograron hacer un proyecto increíble que dejó impresionada a toda la clase.

Después de ese día, Cami empezó a ver a Juan con otros ojos. Se dio cuenta de que sus prejuicios eran completamente injustos y absurdos. Comenzaron a hablar más seguido y se convirtieron en buenos amigos.

Un día, mientras jugaban juntos en el patio de la escuela, vieron cómo otro niño estaba siendo molestado por ser diferente. Sin dudarlo un segundo, Cami y Juan se acercaron para defenderlo y poner fin al bullying. Desde ese momento, los tres niños se volvieron inseparables.

Cami aprendió una gran lección: nunca juzgar a alguien por su apariencia o por sus diferencias. Descubrió que la verdadera amistad va más allá de eso y que todos merecemos respeto y amor sin importar cómo nos veamos por fuera.

Desde entonces, Cami se convirtió en defensora de la diversidad y enseñaba a todos en su escuela la importancia de aceptar a los demás tal como son.

Y junto a sus amigos Juan y el niño que habían defendido formaron un equipo imparable contra el bullying. Y colorín colorado este cuento ha terminado demostrando que el amor siempre vence al odio ¡y qué bueno!

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