Camila y la magia de ser tú misma



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Camila. Camila era una niña alegre y curiosa, siempre dispuesta a aprender y descubrir cosas nuevas.

Sin embargo, había algo que la preocupaba: siempre sentía la necesidad de cambiar para agradar a los demás. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, se dio cuenta de que todos ellos tenían gustos muy diferentes a los suyos.

Sus amigas preferían jugar con muñecas y vestirse como princesas, mientras que ella prefería trepar árboles y explorar el mundo natural. Camila intentó adaptarse para ser aceptada por sus amigas.

Se puso un vestido rosa brillante y trató de jugar con las muñecas como ellas lo hacían. Pero por más que intentara cambiar, no podía evitar sentirse incómoda. Un día, cuando estaba jugando cerca del río, encontró una caja misteriosa flotando en el agua.

La abrió con cuidado y dentro encontró un libro antiguo titulado "Sé tú misma". Intrigada por su contenido, comenzó a leerlo. El libro hablaba sobre la importancia de ser auténtico y fiel a uno mismo.

Decía que cada persona es única y especial tal como es, y que tratar de cambiar para complacer a los demás solo nos hace infelices. Camila se emocionó al leer eso porque finalmente entendió que no tenía que cambiar para ser aceptada por sus amigas.

Decidió seguir siendo ella misma sin importar lo que pensaran los demás. Al día siguiente en el colegio, sus amigas notaron el cambio en Camila. La vieron trepar árboles y explorar el patio con una sonrisa en su rostro.

Al principio, sus amigas se sorprendieron y algunas incluso se burlaron de ella. "¿Qué te pasa, Camila? ¿Ya no quieres jugar a las princesas?"- preguntó una de ellas.

Camila respondió con seguridad: "Me encanta jugar a las princesas, pero también me gusta explorar y descubrir cosas nuevas. No tengo que cambiar para ser aceptada por ustedes. Soy feliz siendo yo misma". Poco a poco, sus amigas comenzaron a entender lo valiente que era Camila al ser auténtica.

Se dieron cuenta de que cada uno tenía gustos diferentes y eso no significaba que no pudieran ser amigos. Con el tiempo, todos los niños del colegio se sintieron inspirados por la valentía de Camila y comenzaron a ser más ellos mismos también.

Aprendieron a respetar las diferencias de los demás y valorarse mutuamente por quienes eran realmente. Desde aquel día, Camila siguió siendo fiel a sí misma sin importar lo que dijeran o pensaran los demás.

Su coraje para ser auténtica le trajo alegría y felicidad en su vida, convirtiéndola en un ejemplo para todos los niños del pueblo.

Y así fue como la niña aprendió la importante lección de nunca cambiar quien eres solo para complacer a los demás; porque la verdadera felicidad viene cuando te aceptas tal como eres, sin importar lo que piensen o digan los demás.

FIN.

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