Can Can, la protectora del campo


ser quien era. La raíz sonrió y le preguntó a Can Can si sabía cuál era su función en la planta. La tortuga se encogió de hombros, no tenía idea.

La raíz explicó que ella era como las piernas de la planta, ayudándola a mantenerse firme en el suelo y absorbiendo los nutrientes necesarios para crecer fuerte y sana. Can Can quedó fascinada por esta información y decidió aprender más sobre las plantas y cómo funcionaban.

Comenzó a explorar el campo con una nueva perspectiva, observando cada hoja, tallo y flor con asombro. Un día, mientras caminaba por el campo, Can Can notó algo extraño.

Una pequeña planta había sido arrancada del suelo y estaba tirada al costado del camino. Con lágrimas en los ojos, la tortuga llevó la planta de vuelta al lugar donde pertenecía e intentó volver a plantarla en el suelo.

Pero no importaba lo mucho que intentara empujarla hacia abajo; la tierra estaba demasiado dura para que pudiera colocarla de nuevo en su lugar original. Frustrada pero decidida, Can Can buscó ayuda entre sus amigos animales del campo. Primero fue con un pájaro carpintero que picoteaba un árbol cercano.

"¿Podrías ayudarme a aflojar esta tierra?", preguntó Can Can tímidamente al pájaro carpintero. El ave asintió amablemente y comenzó a picotear la tierra alrededor de la pequeña planta hasta que finalmente pudo ser replantada con éxito.

A partir de ese día, Can Can se convirtió en la protectora del campo. Cuidaba de cada planta y animal con amor y dedicación, ayudando siempre que podía.

Y así, gracias a su curiosidad e interés por el mundo natural, Can Can aprendió no solo sobre las plantas y los animales, sino también sobre la importancia de cuidar nuestro medio ambiente y protegerlo para futuras generaciones.

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