Caperucita en el Bosque de Tierra del Fuego


Había una vez en Tierra del Fuego, un hermoso y frondoso bosque habitado por una gran variedad de animales. En ese bosque vivía Caperucita, una niña traviesa y valiente, que todos los días recorría el bosque para llevarle comida a su abuelita. Un día, su mamá le dijo:

- Caperucita, tu abuelita está enferma. ¿Podrías llevarle este canasto de frutas y algunas hierbas medicinales al otro lado del bosque?

Caperucita asintió con energía, se puso su capa roja y emprendió el camino con una sonrisa en el rostro. Sin embargo, en el bosque de Tierra del Fuego, no solo vivían lobos, sino también zorros astutos. Mientras Caperucita paseaba, el zorro se le acercó disfrazado de vendedor ambulante y le dijo:

- Pequeña Caperucita, ¿a dónde vas con ese canasto tan pesado?

Caperucita, inocente, le contó sobre su abuelita enferma. El zorro, con malas intenciones, le dio la dirección incorrecta para que se perdiera.

Mientras tanto, en la otra punta del bosque, el lobo hambriento había escuchado hablar sobre la abuelita enferma y decidió seguir a Caperucita. Pero la astuta abuelita, que en realidad era una mujer sabia y fuerte, estaba esperando al lobo. Con ayuda de los animales del bosque, atraparon al lobo y lo llevaron ante el guardabosques. Mientras tanto, Caperucita, sintiéndose perdida, se encontró con un simpático castor que la ayudó a regresar al camino correcto. Finalmente, Caperucita llegó sana y salva a la cabaña de su abuelita. Juntos, compartieron las frutas y las hierbas medicinales. Desde ese día, Caperucita aprendió a no confiar en extraños y a pedir ayuda a los animales del bosque si alguna vez se sentía perdida. Y la abuelita continuó enseñándole la importancia de la sabiduría y la solidaridad en el bosque de Tierra del Fuego.

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