Caperucita Lobo en la Clase de Niños
Érase una vez en un bosque encantado, vivía Caperucita Roja junto a su abuelita. Un día, la mamá de Caperucita le dijo: "Caperucita, hoy irás a la escuela de los niños del bosque. Aprenderás nuevas cosas y harás muchos amigos." Caperucita estaba emocionada por ir a la escuela, pero al salir de casa se topó con el Lobo Feroz. El lobo le dijo: "¿A dónde vas, Caperucita?". Caperucita, algo asustada, le contestó: "Voy a la escuela de los niños del bosque." El Lobo, con ojos brillantes, le propuso: "Yo te llevaré, así podré protegerte." Caperucita, recordando las advertencias de su mamá, le respondió: "No, gracias. Puedo ir sola." Sin embargo, el Lobo se ofreció a acompañarla de todas formas.
Al llegar a la escuela, todos los niños del bosque se asombraron al ver a Caperucita y al Lobo juntos. La maestra, la Señora Zanahoria, les dio la bienvenida y les explicó que ese día sería de juegos y aventuras. Los niños formaron parejas, pero nadie quería jugar con Caperucita por estar con el Lobo. La Señora Zanahoria notó la tristeza de Caperucita y decidió armar equipos nuevos, uniéndola con el Lobo. Los dos, al principio incómodos, empezaron a jugar juntos y se dieron cuenta de que tenían mucho en común. El Lobo descubrió que Caperucita era muy valiente y Caperucita aprendió que el Lobo no era tan feroz como todos pensaban.
Al final del día, Caperucita y el Lobo se convirtieron en buenos amigos. La Señora Zanahoria les explicó a todos los niños que no hay que juzgar a alguien por cómo se ve, y que todos merecen una oportunidad. Caperucita volvió a su casa feliz, contándole a su mamá sobre su nuevo amigo. Desde ese día, el Lobo ya no era visto como un temible animal, sino como un amigo de la comunidad del bosque.
Y así, Caperucita Lobo en la Clase de Niños demostró que la amistad puede nacer en los lugares menos esperados, y que todos merecen una segunda oportunidad para mostrar quiénes son realmente.
FIN.