Caperucita Roja y el Lobo Prevenido


Había una vez una niña llamada Rosita, a quien todos conocían como la "caperusita roja" por su amor por las capuchas de color rojo que tanto le gustaban.

Un día, su madre le pidió que llevara un canasto de frutas y galletas a su abuela enferma que vivía al otro lado del bosque. Rosita se puso muy contenta porque amaba pasar tiempo con su abuela y decidió emprender el camino sin demora.

Pero lo que no sabía era que en el bosque vivía un lobo astuto y malvado, que estaba siempre buscando alguna presa para devorar. Al poco tiempo de caminar, el lobo apareció detrás de un árbol y comenzó a seguir a Rosita.

Viendo la oportunidad perfecta para hacerse con el canasto y llegar antes a la casa de la abuela, el lobo decidió engañarla. - ¡Hola Caperusita Roja! ¿A dónde vas tan sola? - preguntó el lobo tratando de parecer amigable.

- Voy a visitar a mi abuelita enferma -respondió Rosita sonriendo inocentemente- tengo muchas cosas ricas para llevarle. El lobo pensó rápidamente en un plan para apoderarse del canasto sin levantar sospechas:- Bueno Caperusita Roja, yo también voy hacia allá.

Quizás podemos ir juntos. - dijo el lobo sonriendo falsamente. Rosita aceptó felizmente pensar en tener compañía durante ese largo camino solitario. Durante todo el camino, ella no se dio cuenta del peligroso juego al cual estaba jugando con aquel astuto lobo.

Finalmente, llegaron a la casa de la abuela. El lobo golpeó la puerta y se hizo pasar por Rosita para engañar a la pobre anciana.

- Hola abuelita -dijo el lobo con una voz suave tratando de imitar a Rosita- te he traído algunas frutas y galletas porque sé que estás enferma. La abuela, que no podía ver muy bien debido a su enfermedad, pensó que era su nieta quien estaba allí y le dio permiso para entrar.

El lobo entró rápidamente en la casa y devoró todo lo que había en el canasto antes de atacar a la pobre anciana.

Pero lo que el lobo no sabía es que Rosita había decidido tomar un camino diferente al regresar a casa, ya que quería explorar más del bosque. Al llegar a la casa de su abuela, encontró todo revuelto y ensangrentado. Sin dudarlo un segundo llamó inmediatamente al teléfono de emergencias del bosque.

Los guardabosques llegaron rápidamente al lugar donde se encontraba Caperucita Roja y juntos lograron capturar al malvado lobo. La abuela fue llevada al hospital donde recibió tratamiento médico por las heridas causadas por el ataque del animal salvaje.

Rosita aprendió una valiosa lección ese día sobre los peligros del bosque y cómo es importante siempre estar alerta ante cualquier situación sospechosa o extraña.

Desde entonces, nunca volvió a caminar sola por el bosque sin antes avisarle alguien cercano adonde iba y cuando regresaría. Y así termina la historia de la Caperusita Roja, una niña valiente y astuta que aprendió a tomar precauciones para mantenerse segura.

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