Caperucita Rosa y el lobo amigo


Había una vez en un bosque muy lejano, una niña llamada Caperucita Rosa. Un día, su madre le encargó llevarle comida a su abuela que vivía al otro lado del bosque.

Caperucita se preparó con su cestita de mimbre y emprendió el camino hacia la casa de su abuela. Pero en el camino, se encontró con un lobo lastimado que estaba siendo perseguido por unos cazadores. - ¿Qué te pasa, amigo lobo? - preguntó Caperucita preocupada.

- Me han herido los cazadores y me persiguen para matarme - respondió el lobo. - No te preocupes, yo te ayudaré - dijo Caperucita decidida.

La niña tomó al lobo en sus brazos y lo llevó hasta la casa de su abuela. Una vez allí, curaron las heridas del lobo y le dieron de comer. El lobo agradecido no sabía cómo recompensar a Caperucita por haberlo salvado.

Entonces pensó que podría acompañarla hasta la casa de su abuela para asegurarse de que llegara bien. Cuando estaban en el camino, se toparon con los cazadores nuevamente. El lobo protegió a Caperucita y logró ahuyentarlos con su valentía.

Desde ese día, el lobo se convirtió en un buen amigo de Caperucita Rosa y siempre la acompañaba cuando iba a visitar a su abuela.

Los dos aprendieron mucho uno del otro y demostraron que incluso las personas o animales más inesperados pueden ser grandes amigos si nos damos la oportunidad de conocerlos. Y así, Caperucita aprendió que no hay que juzgar a alguien por su apariencia y el lobo descubrió que los humanos también pueden ser bondadosos.

Juntos, vivieron muchas aventuras en el bosque y se convirtieron en una prueba de que la amistad puede superar cualquier diferencia.

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