Caperucita Verde y el Bosque de los Sueños



En un pintoresco pueblito, vivía una niña llamada Caperucita Verde, conocida por su peculiar capa verde que le había tejido su abuela. A diferencia de la tradicional capa roja, la verdesimbolizaba la conexión de Caperucita con la naturaleza. Caperucita siempre había sido curiosa y valiente, así que un día decidió visitar a su abuela, quien vivía al otro lado del Bosque de los Sueños.

"¡Voy a preparar unas galletitas para la abuela!" - se dijo Caperucita mientras llenaba su mochila con sus deliciosas galletitas de avena y pasas.

Antes de salir, su madre le advirtió:

"Cuidado, Caperucita. El bosque puede ser peligroso. No hables con extraños y sigue el camino."

"No te preocupes, mamá. Soy muy cuidadosa" - respondió Caperucita mientras salía por la puerta.

Mientras caminaba por el bosque, Caperucita se maravilló con los colores, los sonidos y los animales que la rodeaban. Fue entonces cuando se encontró con un lobo, pero no era un lobo feroz. Era un lobo amable y curioso llamado Luciano.

"¿Adónde vas, niña de la capa verde?" - preguntó Luciano con una sonrisa.

"Voy a llevarle galletitas a mi abuela que vive al otro lado del bosque. ¿Y vos?" - contestó Caperucita, un poco temerosa.

"Yo solo estoy explorando. Este bosque tiene tantos secretos. Podríamos buscar juntos, si querés. Pero recuerda, es importante seguir el camino." - dijo Luciano y, aunque Caperucita tenía dudas, decidió seguirlo.

Mientras caminaban, Luciano le enseñó acerca de las plantas medicinales y los animales del bosque.

"Mirá, esa es una flor que se usa para curar cortes. Y esos son los pájaros cantores, siempre están felices por la mañana" - explicó el lobo, apuntando hacia las cosas maravillosas que rodeaban a Caperucita.

Caperucita se dio cuenta de que las historias que había escuchado sobre los lobos no eran ciertas, y que Luciano era un gran compañero. Sin embargo, en el camino se encontraron con una trampa que un cazador había dejado. Era peligrosísima y podía dañar a cualquier criatura que cayera en ella.

"¡Oh no! Esto es peligroso. ¡Debemos ayudar!" - exclamó Caperucita con una voz decidida.

"Pero no podemos, Caperucita. Si intentamos moverla, podríamos hacer que se cierre sobre nosotros." - replicó Luciano, preocupado, pero Caperucita no se dio por vencida.

"Lo sé, pero podemos avisar a los demás animales del bosque. Así todos podrán mantenerse alejados de aquí y el cazador no volverá a ponerla." - dijo Caperucita, viendo que la solución era ayudar a los demás.

Luciano asintió con la cabeza, y juntos llamaron a los animales del bosque. Pronto, aves, ciervos y hasta conejos se reunieron a su alrededor. Caperucita les explicó la situación y todos se apresuraron a hacer un anuncio en todo el bosque.

"¡Atención, amigos del bosque! A partir de hoy, debemos estar atentos a esta trampa. Unámonos y cuidemos de nuestro hogar. ¡La unión hace la fuerza!" - gritó Caperucita, con una gran sonrisa mientras los animales aplaudían.

Después de asegurarse de que todos estuvieran informados, Caperucita y Luciano continuaron su camino hacia la casa de la abuela. La pequeña estaba feliz de haber podido ayudar a los animales y se sentía muy orgullosa de su valentía.

Finalmente, llegaban a la casa de la abuela.

"¡Hola, Caperucita!" - dijo la abuela, al abrirle la puerta. "¿Qué traes en esa mochila tan grande?"

"Galletitas y una historia increíble sobre el bosque, ¡te la cuento mientras las cocinamos juntas!" - respondió Caperucita, enviando una mirada cómplice a Luciano, quien se quedó esperando afuera.

Esa tarde, la abuela y Caperucita se reían y compartían historias, mientras el lobo, por fuera, aprendía a ser parte del grupo de animales amigos. En el corazón del bosque, se habían tejido no solo amistades, sino también un sentido renovado de comunidad y respeto entre todos los seres que allí habitaban.

Desde entonces, Caperucita Verde se convirtió en una defensora del bosque, siempre recordando que el conocimiento y la amistad pueden cambiar el mundo a nuestro alrededor. Y así, todos vivieron felices, siempre cuidando de su hogar y de los que los rodean.

FIN.

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