Caperucita y el engaño del lobo
En un pequeño pueblo en el corazón de un bosque frondoso, vivía una niña llamada Caperucita Roja. Un día, su mamá le pidió que llevara una canasta de dulces y comida a su abuelita, quien vivía al otro lado del bosque. Caperucita, emocionada por la tarea, se despidió de su mamá y se adentró en el bosque con su capa roja brillante y su canasta. Mientras caminaba, el lobo astuto la observaba desde lejos.
De repente, el lobo se adelantó y llegó primero a la casa de la abuelita. Con engaños, logró entrar, se la comió de un solo bocado y tomó su lugar en la cama. Cuando Caperucita llegó, el lobo se hacía pasar por la abuelita. - ¡Abuelita, abuelita, he traído comida y dulces para ti! - exclamó Caperucita. - Pasa, querida, estoy en la cama - dijo el lobo con una voz suave.
Caperucita notó que la abuelita lucía extraña, pero decidió acercarse. Al entrar, el lobo intentó engañarla, pero Caperucita, con astucia, notó que algo no estaba bien. - ¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes! - dijo ella. - Es para verte mejor, mi querida - respondió el lobo intentando ocultar su excitación por el inminente banquete. - Pero abuelita, qué orejas tan grandes tienes. - Son para escucharte mejor, mi niña. - Bueno, abuelita, qué dientes tan grandes tienes. - ¡Son para... para... comerte mejor! - gritó el lobo, mostrando sus enormes y afilados dientes.
Caperucita, asustada pero valiente, dio un paso atrás y gritó pidiendo ayuda. Justo en ese momento, el leñador que pasaba por el bosque escuchó los gritos y corrió hacia la casa. Con su hacha, logró ahuyentar al lobo, quien huyó despavorido.
Luego de esta gran aventura, Caperucita aprendió que no siempre las cosas son lo que parecen, y que es importante ser cauteloso y astuto. La abuelita, a quien el leñador salvó milagrosamente, le enseñó a Caperucita a confiar en sus instintos y a no dejarse engañar por las apariencias. Juntas, prepararon una deliciosa merienda y celebraron el valor y la astucia de Caperucita, quien se convirtió en toda una heroína en el pueblo. Desde ese día, Caperucita Roja entendió que la valentía y la inteligencia son clave para superar los desafíos de la vida, y nunca más volvió a ser engañada por lobos disfrazados.
FIN.