Caperucita y el Lobo Amigo
En un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque, vivía una niña llamada Caperucita Roja. Ella era conocida por su capa roja brillante y su amor por la aventura. Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un lobo que aparentaba ser muy feroz.
"¡Qué miedo!" - pensó Caperucita, pero, a diferencia de lo que le habían contado, él no quería hacerle daño.
El lobo, que se llamaba Lucho, estaba triste porque todos en el bosque lo temían.
"¿Por qué me miras así?" - preguntó Lucho con voz melancólica.
"Te he visto muchas veces, pero siempre me asustas" - respondió Caperucita.
"No soy como dicen. Solo quiero un amigo" - se lamentó Lucho.
Caperucita, intrigada, decidió acercarse un poco más.
"Pero, ¿por qué no nos conocemos mejor? Puedo darte una oportunidad," - sugirió Caperucita, sonriendo.
"¡De verdad!" - exclamó Lucho con alegría.
Desde ese día, se convirtió en el mejor amigo de Lucho. Juntos exploraban el bosque, compartían historias y disfrutaban de un sinfín de aventuras. Sin embargo, no todo era felicidad. Un cazador que vivía cerca del pueblo se enteró de que un lobo andaba por el bosque y decidió que lo cazaría, pensando que todos los lobos eran peligrosos.
"Ese lobo no debe seguir suelto. ¡Voy a capturarlo!" - decía el cazador mientras limpiaba su rifle.
Caperucita se preocupó al enterarse de los planes del cazador. Sabía que Lucho no era malo y que solo buscaba un amigo. Entonces, decidió contarle a su abuela.
"Abuela, el cazador quiere atrapar a Lucho, pero él es un buen lobo. ¡Debemos ayudarlo!" - urgió Caperucita mientras se sentaba a su lado en la sala.
La abuela, quien siempre había tenido un gran corazón, pensó por un momento y luego sonrió.
"Tienes razón. ¡Debemos proteger a Lucho!" - exclamó con entusiasmo.
Y así, Caperucita y su abuela hicieron un plan. Llamaron a todos los animales del bosque para que se unieran a la causa. Al día siguiente, mientras el cazador se adentraba en el bosque, Caperucita, Lucho y todos los animalitos del bosque se escondieron detrás de unos arbustos.
Cuando el cazador llegó, le gritaron en coro:
"¡Alto! No te atrevas a hacerle daño a nuestro amigo!" - exclamaron los animales asustando al cazador, que no esperaba una respuesta así.
"¿Qué?" - dijo el cazador, asombrado. "¿Un lobo amigo? Nunca lo creí posible".
Lucho dio un paso adelante, aún algo temeroso.
"No soy malo. Solo quiero ser amigo de todos en este bosque. Por favor, no me caces. Te prometo que nunca haré daño" - expresó el lobo con sinceridad.
El cazador, al ver la valentía de Lucho y la unión de los animales, empezó a dudar de su misión.
"Tal vez he estado equivocado al pensar que todos los lobos son peligrosos. Aprendí algo nuevo hoy," - admitió.
Finalmente, el cazador decidió dejar en paz a Lucho. En lugar de cazarlo, se quedó para aprender más sobre la vida en el bosque.
"¡Gracias, Caperucita! Nunca pensé que un lobo pudiera tener amigos. Me llevo una gran enseñanza" - dijo el cazador y se alejó con una sonrisa.
Desde entonces, el bosque se llenó de alegría. Caperucita, Lucho y la abuela continuaron sus aventuras juntos, mostrando que no importa cuánto te digan que alguien sea peligroso, a veces solo necesitas conocer a esa persona para descubrir la verdad.
Y así, los habitantes del pueblo y del bosque aprendieron que la amistad y la comprensión pueden cambiar incluso las peores ideas.
"¡Viva la amistad!" - gritaron todos los animales en una gran celebración que hicieron para honrar sus nuevas amistades.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero la amistad entre Caperucita y Lucho perdurará para siempre.
FIN.