Caperucita y el lobo doméstico



En un lejano pueblo, vivía Caperucita, una niña valiente y curiosa. Un día, la mamá de Caperucita le pidió que llevara una canasta con alimentos a su abuelita, quien vivía en el bosque.

- Cuida el camino, Caperucita, y no hables con extraños - advirtió mamá. Caperucita asintió y partió rumbo al bosque. Mientras caminaba, escuchó unos ruidos extraños entre los árboles. Para su sorpresa, apareció el lobo, pero no era un lobo feroz, sino un lobo amistoso.

- Hola, Caperucita. ¿A dónde vas con esa canasta? - preguntó el lobo. Caperucita, sin temor, le contó sobre su abuelita. El lobo, que se llamaba Lope, le ofreció acompañarla y juntos caminaron hacia la casa de la abuelita.

Al llegar, se encontraron con que la abuelita no estaba bien. Caperucita y Lope la ayudaron a preparar la comida y limpiar la casa. Cada uno tomó una tarea sin importar si era considerada para hombres o mujeres.

Mientras cocinaban, Lope les contó a Caperucita y a su abuela que en su manada todos compartían las tareas del hogar. La abuelita y Caperucita se sorprendieron al escuchar esta historia. El lobo había roto con los estereotipos de su especie.

Juntos, compartieron un hermoso día, demostrando que la igualdad de género también podía existir en el hogar. Desde ese momento, Caperucita, su mamá y la abuelita, decidieron hacer lo mismo, colaborando en las tareas sin importar si eran consideradas para hombres o mujeres.

Y así, en ese pequeño pueblo, se comenzó a sembrar la semilla de la igualdad.

FIN.

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