Caperucita y el Lobo Jardinerito
Érase una vez en un bosque encantado, donde los árboles susurraban al viento y las flores danzaban bajo el sol. En este lugar mágico, vivía Caperucita Roja, una nena aventurera y llena de curiosidad. Todos los días, Caperucita recorría el bosque, llevando canastas llenas de delicias a su abuela.
Un día, mientras paseaba por el sendero cubierto de hojas doradas, Caperucita oyó un sonido peculiar: un canto alegre que parecía venir de un arbusto cerca de un arroyo.
"¿Qué es eso?", se preguntó.
Se acercó y, para su sorpresa, se encontró con un lobo divertido que estaba rodeado de plantas coloridas.
"¡Hola, pequeña! Soy Lolo, el lobo jardinerito. ¡Bienvenida a mi jardín!", exclamó el lobo con una gran sonrisa.
Caperucita sintió un escalofrío, pero la amabilidad del lobo era contagiosa.
"Hola, Lolo. No sabía que los lobos cuidaban plantas. ¿Te gustan?", preguntó Caperucita.
"¡Me encantan!", respondió Lolo mientras acariciaba una flor. "Las plantas son como amigos. Hay que cuidarlas y nada les gusta más que un buen chiste."
Caperucita rió, intrigada.
"¿Cómo que las plantas disfrutan de los chistes?"
"¡Claro! Cuando les cuentas un chiste, las haces reír. Y cuando ríen, crecen felices. ¡Mirá!", dijo Lolo mientras le contaba un chiste sobre un cactus y un elefante. Lolo hizo una imitación de los cactus bailando, y Caperucita no pudo contener la risa.
"¡Eres muy gracioso!", dijo Caperucita entre risas. "Nunca pensé que un lobo podía ser tan divertido."
Después de pasarse un buen rato contando chistes y aprendiendo sobre plantas, Caperucita se dio cuenta de que estaba tarde.
"Debo irme a casa, pero prometo volver a verte, Lolo. Estoy segura de que puedo ayudar a cuidar tu jardín."
"¡Sí! Eso me encantaría! Pero hay un pequeño problema. A veces los arbustos en la entrada se llenan de plantas trepadoras que cubren el camino. Si cortamos algunas, podremos tener más espacio. ¿Te gustaría ayudarme?"
Caperucita asintió con entusiasmo y prometió volver al día siguiente. Así fue como comenzó la amistad entre Caperucita y el lobo jardinerito.
Los días siguientes se llenaron de risas, colores y mucho trabajo en el jardín. Caperucita no solo aprendió sobre el cuidado de las plantas, sino que también descubrió que el bosque tenía otros secretos.
Un día, mientras cuidaban juntos del jardín, vieron a varios animales preocupados reunidos cerca de un árbol.
"¿Qué les pasa?", preguntó Caperucita al acercarse.
Los animales le dijeron que su hogar estaba en peligro porque un grupo de humanos había llegado con planes para talar el bosque.
"¡No podemos dejar que eso pase!", exclamó Lolo. "Debemos proteger nuestro hogar, las plantas y los animales."
Caperucita pensó por un momento.
"Tengo una idea. Vamos a hablar con todos los animales del bosque y hacemos un plan. Si todos estamos juntos, podemos hacer algo para detenerlo."
Y así lo hicieron, convocaron una reunión con todos los habitantes del bosque. Los animales, inspirados por la valentía de Caperucita y la diversión de Lolo, se unieron para crear un plan. Ellos decidieron hacer una gran fiesta en el bosque, con música, juegos y risas para atraer a todos los humanos que pasaban cerca, mostrándoles cómo el bosque era un lugar lleno de alegría y vida.
"¡Nos va a encantar!", dijo un pájaro. "Así podrán sentir lo especial que es nuestro hogar."
El día de la fiesta, los árboles estaban decorados con cintas de colores, flores y música. Los humanos, atraídos por el bullicio, llegaron al bosque. Al ver la alegría de los animales y la belleza de la naturaleza, se dieron cuenta de lo importante que era protegerlo.
"Tal vez no debería talar este lugar si hay tanta vida y felicidad aquí", confesó uno de los humanos.
Caperucita, Lolo y los animales sonrieron al saber que su plan había funcionado. Al final de la fiesta, los humanos prometieron cuidar del bosque y nunca volver a pensar en talarlo.
Caperucita miró a Lolo con orgullo.
"Lo hicimos, Lolo. ¡Proteger nuestro hogar!"
"¡Sí!", respondió Lolo mientras su sonrisa se hacía más grande. "Y todo gracias a nuestras risas y el trabajo en equipo."
Desde ese día, Caperucita y Lolo continuaron cuidando su jardín, y el bosque floreció más que nunca. Se volvió un lugar donde todos podían reír, jugar y aprender juntos, y donde un lobo cuidando las plantas se hizo amigo de una niña valiente.
Y así, la amistad de Caperucita y Lolo demostró que, juntos, se pueden lograr cosas maravillosas. La risa, el cuidado de la naturaleza y la unión son la clave para tener un mundo mejor.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.