Caperucita y el lobo vegetariano



Había una vez una niña llamada Caperucita, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos bosques. Caperucita era valiente y curiosa, pero tenía un gran temor: el lobo.

Cada vez que su madre le pedía que llevara comida a su abuela, quien vivía al otro lado del bosque, Caperucita se ponía muy nerviosa. El solo pensamiento de encontrarse con el lobo la asustaba tanto que siempre buscaba excusas para no ir.

Un día, cansada de evitar visitar a su abuela por miedo al lobo, Caperucita decidió enfrentar sus temores. Se puso su caperuza roja favorita y tomó una cesta llena de alimentos deliciosos para compartir con su abuela.

Mientras caminaba por el bosque, Caperucita notó un movimiento extraño entre los árboles. ¡Era el lobo! Pero algo sorprendente ocurrió: en lugar de atacarla, el lobo se acercó lentamente y comenzó a hablarle. "Hola, Caperucita", dijo el lobo con una sonrisa amigable.

"¡Oh no! ¡Eres tú, el terrible lobo!", exclamó Caperucita con miedo. "No te preocupes", respondió el lobo tranquilamente. "Soy diferente a lo que imaginas". El lobo explicó a Caperucita que había cambiado mucho desde la última vez que se habían visto.

Ahora era vegetariano y estaba comprometido a ayudar a los demás animales del bosque en lugar de lastimarlos. Curiosa por conocer esta nueva faceta del lobo, Caperucita decidió darle una oportunidad.

Juntos caminaron hacia la casa de su abuela, conversando y riendo en el camino. Cuando llegaron a la casa de la abuela, encontraron un gran alboroto. La puerta estaba abierta de par en par y había rastros de que algo malo había ocurrido.

Preocupada por su abuela, Caperucita y el lobo entraron rápidamente. Para su sorpresa, encontraron a la abuela sana y salva junto con varios animales del bosque que habían estado cuidándola mientras ella descansaba.

La abuela explicó que se había sentido un poco débil ese día y decidió quedarse en cama para descansar. Los animales del bosque, quienes sabían lo importante que era para Caperucita visitar a su abuela, decidieron ayudarla sin que ella lo supiera.

Caperucita se sintió muy emocionada y feliz al ver cómo los animales se habían unido para cuidar a su querida abuelita. A partir de ese momento entendió que no todos los lobos eran malos y aprendió a superar sus miedos infundados.

Desde entonces, Caperucita dejó atrás sus temores y comenzó a explorar el bosque con el lobo como compañero. Juntos aprendieron muchas cosas sobre el mundo natural y compartieron momentos maravillosos con todos los animales del bosque.

Y así fue como Caperucita descubrió que enfrentar nuestros miedos puede llevarnos a encuentros inesperados llenos de amistad y aventuras emocionantes. Desde aquel día, nunca más volvió a temer al lobo y siempre recordó que la valentía y la amistad pueden cambiar nuestras vidas para mejor.

FIN.

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