Caperuxita Roja y la astucia contra el Lobo Feroz


Había una vez en un bosque muy lejano, una niña llamada Caperuxita Roja que vivía con su abuelita en una pequeña cabaña.

Un día, la mamá de Caperuxita le pidió que llevara a su abuela una canasta llena de alimentos frescos. Caperuxita se despidió de su mamá y se adentró en el bosque.

Mientras caminaba entre los árboles, se cruzó con el Lobo Feroz, quien le preguntó amablemente:- ¿A dónde vas tan apurada, Caperuxita? - Voy a llevarle esta canasta de comida a mi abuelita que vive al otro lado del bosque -respondió la niña.

El Lobo Feroz sonrió maliciosamente y pensó en un plan para llegar antes que Caperuxita a la casa de la abuelita y hacerse pasar por ella. Corrió velozmente por atajos secretos hasta llegar a la cabaña de la abuelita.

Cuando llegó, tocó suavemente la puerta y dijo con voz dulce:- ¡Soy yo, Caperuxita! He venido a visitarte y traigo comida para compartir contigo. La inocente abuelita creyó las palabras del Lobo Feroz y le abrió la puerta. Sin embargo, cuando el astuto animal entró en la casa, reveló su verdadera identidad y mostró sus afilados dientes.

- ¡Oh no! ¡Eres el Lobo Feroz! -exclamó asustada la abuelita. Mientras tanto, Caperuxita había encontrado unas hermosas flores silvestres en el camino y decidió detenerse un momento para reagarrarlas.

Cuando finalmente llegó a la cabaña de su abuelita, escuchó los gritos provenientes del interior. Corrió hacia adentro y vio al Lobo Feroz intentando asustar a su querida abuelita.

Sin pensarlo dos veces, tomó un poco de pimienta que llevaba en su canasta y lanzándola directo a los ojos del lobo lo dejaron llorando como bebé. - ¡Toma eso! No puedes engañarnos con tus trucos malvados -dijo valientemente Caperuxita. El Lobo Feroz escapó corriendo entre lágrimas por el ardor causado por la pimienta mientras prometía no volver nunca más al bosque.

La abuela estaba muy orgullosa de Caperuxitay juntas disfrutaron de una tarde llena de risas compartiendo los alimentos que habían llevado para ella.

Desde ese día, Caperucito aprendió que siempre debemos estar alerta ante posibles peligros pero también confiar en nuestra valentía e inteligencia para enfrentar cualquier situación complicada. Y así,con amor, cuidado, y astucia lograrán superar cualquier obstáculo, en este caso gracias al ingenio pudieron evitar ser víctimas del malvado lobo feroz.

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