Capibara Azul y la Danza de la Lluvia


Capibara azul era una capibara muy especial. A diferencia de sus amigos, ella tenía el pelaje de un color azul brillante que resaltaba en medio del bosque.

Pero lo que más la destacaba era su pasión por la música y el baile. Un día, Capibara azul estaba bailando sola en el claro del bosque cuando su amiga Anahí apareció. Anahí era una pequeña ardilla muy curiosa y siempre estaba dispuesta a aprender cosas nuevas.

-¡Hola Capibara! -dijo Anahí con entusiasmo-. ¿Qué estás haciendo? -Estoy bailando la chacarera -respondió Capibara azul mientras seguía moviendo sus patas al ritmo de la música-. ¿Quieres unirte? -Sí, por favor -dijo Anahí emocionada.

Las dos amigas comenzaron a bailar juntas, saltando y girando al compás de la música. Mientras tanto, los otros animales del bosque se acercaron para verlas bailar.

Había monos, loros, tapires y hasta un puma que observaban fascinados cómo las dos amigas se movían con tanta gracia y alegría. De repente, algo inesperado sucedió: una fuerte lluvia comenzó a caer sobre el bosque. Los demás animales corrieron hacia sus refugios para protegerse de la tormenta, pero Capibara azul y Anahí no querían detenerse.

-¡Vamos a seguir bailando! -exclamó Capibara azul con determinación-. La lluvia no nos detendrá. Anahí asintió emocionada y las dos amigas continuaron bailando bajo la lluvia, sintiendo cómo el agua fría se deslizaba por su pelaje.

La música de la chacarera se mezclaba con el sonido de la lluvia y juntas creaban una melodía única y mágica. Cuando terminaron de bailar, Capibara azul y Anahí estaban empapadas pero felices.

Los demás animales del bosque habían salido de sus refugios para verlas bailar bajo la lluvia, admirados por su valentía y perseverancia. -¡Qué hermoso fue eso! -dijo un mono aplaudiendo-. Nunca había visto algo así. -Sí, ustedes son increíbles -agregó un loro emocionado-.

Bailan mejor que cualquier otro animal en el bosque. Capibara azul y Anahí se miraron entre sí, sintiéndose orgullosas y agradecidas por haber compartido ese momento especial juntas.

A partir de entonces, todos los animales del bosque hablaban sobre la increíble hazaña de las dos amigas que no dejaron que la lluvia las detuviera mientras bailaban la chacarera. Desde ese día en adelante, Capibara azul siguió enseñando a Anahí todos sus movimientos de baile mientras exploraban el bosque juntas.

Y aunque nunca volvieron a bailar bajo la lluvia como esa vez tan especial, siempre recordarían aquel día como uno lleno de magia y aventura.

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