Carina y el Festival de las Flores



Era una hermosa mañana en el pueblo de Florencia, donde todos estaban emocionados por la llegada del Festival de las Flores, una celebración anual llena de música, bailes y, por supuesto, un montón de flores de colores. Pero había un pequeño problema: Carina, una niña que adoraba bailar folclore, tenía una alergia a las flores.

Un día antes del festival, Carina estaba conversando con su mejor amiga, Lía, en el parque.

"¡Lía, estoy tan emocionada por el festival! Pero…" - dijo Carina con un suspiro.

"¿Pero qué?" - preguntó Lía, intrigada.

"No sé si podré disfrutarlo como quiero. Mis alergias me ponen muy mal si estoy cerca de muchas flores" - continuó Carina.

Lía pensó por un momento y entonces dijo: "Tal vez puedas tener una idea. ¿Por qué no bailas con nosotros en el festival? Puede que no estés cerca del lugar donde están las flores. Así puedes disfrutar y mostrar tus pasos de baile también."

Carina sonrió al escuchar la sugerencia de Lía. "¡Eso es genial! Pero aún así, me siento un poco triste porque me encantaría sentir el aroma de las flores y verlas de cerca."

Lía le dio una palmadita en la espalda. "Podemos hacer algo para que te sientas mejor. ¿Y si hacemos algunas flores de papel? Así, te sentirás parte de toda la magia del festival sin que afecten tus alergias."

Así fue como Carina y Lía comenzaron su proyecto. Usaron papeles de colores y empezaron a crear flores de todos los tamaños y formas. Mientras trabajaban, Carina se fue sintiendo cada vez más entusiasmada.

El día del festival llegó y el pueblo estaba lleno de vida. La música sonaba, las familias reían y bailaban, y todo era una explosión de colores y olores. Aunque Carina tenía que ser cuidadosa, la idea que Lía tuvo la llenó de alegría. Hicieron un gran ramo con sus flores de papel, que, además, brillante y colorido, destacaba entre las flores naturales.

"Mirá, Carina, ¡estás maravillosa!" - le dijo Lía al ver el ramo en las manos de su amiga mientras se dirigían al escenario donde iba a bailar.

Carina se sintió tan feliz. "¡Gracias! Estoy lista para mostrarles a todos lo que tengo preparado."

El momento de bailar llegó, y Carina, junto a sus amigos en escena, empezó a moverse y a disfrutar del folclore. Todos los habitantes del pueblo los aplaudieron y se unieron al baile. En ese momento, Carina sintió que su alergia no era un obstáculo, sino una oportunidad para ser creativa y encontrar su lugar en el festival.

Mientras bailaba, notó que todos en el festival admiraban su ramo de flores de papel, y muchos niños quisieron hacer lo mismo que ella. Carina nunca había sido más feliz.

Al final del festival, un grupo de pequeños le pidió que les enseñara a hacer flores de papel. "¡Sí, claro! Vamos a divertirnos y a hacer muchas flores coloridas para todos." - dijo Carina, entusiasmada.

La tarde terminó con risas, música y muchos más ramos de flores de papel. Carina aprendió que aunque no podía acercarse a las flores naturales, su creatividad y el apoyo de sus amigos le permitieron disfrutar del festival de una manera única.

Y así, el Festival de las Flores se convirtió en el mejor día para Carina y una lección sobre cómo encontrar alegría en lo que uno ama, a pesar de los desafíos. Desde entonces, cada año, Carina se preparaba en el taller de flores de papel, enseñando a otros niños a expresar su propia alegría sin límites.

Y así, Florencia se llenó de flores, música y mucho folclore, recordando siempre que la verdadera felicidad está en la manera en que decidimos enfrentar los obstáculos.

"¡Gracias, Lía! Eres la mejor amiga que uno puede tener." - dijo Carina al final del día, mirando hacia el cielo lleno de estrellas.

"¡Y tú, Carina, eres una gran bailarina! Vamos a hacer que este festival sea inolvidable para todos cada año." - contestó Lía mientras se abrían paso por el camino lleno de flores de papel y risas.

Así, el festival continuó, lleno de alegría y una nueva tradición que todos en Florencia esperaban con ansias cada año.

FIN.

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