Carlita y la travesura del corazón bondadoso
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Carlita. Carlita era conocida por ser la niña más traviesa de todo el lugar.
Siempre estaba metiéndose en problemas y haciendo travesuras que ponían de cabeza a todos los vecinos. Un día, Carlita decidió gastarle una broma al señor Tomás, el dueño de la tienda del pueblo. Entró corriendo a la tienda, agarró una bolsa de caramelos y salió corriendo sin pagar.
El señor Tomás salió detrás de ella gritando: "¡Detente, Carlita! ¡No puedes llevarte los caramelos sin pagar!"Pero Carlita seguía corriendo por las calles del pueblo, riendo a carcajadas mientras comía los caramelos robados.
De repente, tropezó con una piedra suelta y cayó al suelo, haciéndose daño en la rodilla. El señor Tomás se acercó preocupado y le dijo: "Carlita, ¿estás bien? Sabes que no está bien robar. Si necesitas algo, siempre puedes pedírmelo.
"Carlita se sintió avergonzada por lo que había hecho y empezó a llorar arrepentida. El señor Tomás la ayudó a levantarse y le curó la herida en la rodilla.
Desde ese día, Carlita aprendió que sus travesuras solo causaban problemas y dolor a los demás. Decidió cambiar su actitud y convertir sus travesuras en acciones positivas para ayudar a los demás. Empezó a ayudar en la tienda del señor Tomás, limpiando estantes y organizando productos.
También comenzó a jugar con los niños más pequeños del pueblo y compartir sus juguetes con ellos. Pronto, Carlita se convirtió en la niña más querida de Villa Alegre.
Ya no era conocida como la niña traviesa, sino como la niña amable y generosa que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Y así, Carlita aprendió que no hay nada mejor que hacer el bien y ver sonreír a quienes te rodean gracias a tus acciones positivas.
Desde entonces, cada día se esforzaba por ser mejor persona y contagiar alegría a todos los habitantes de Villa Alegre. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda ¡sé siempre amable!
FIN.