Carlos y el descubrimiento en Cuzco
Carlos estaba emocionado por su viaje a Cuzco. Mientras paseaba por las calles empedradas, se topó con una mujer amable y gentil llamada Juliana, quien resultó ser una talentosa profesora de arte.
Juliana le mostró a Carlos la belleza del arte local y lo animó a expresarse a través de sus propias creaciones. Juntos, exploraron los mercados de artesanías, las ruinas incas y los vibrantes colores de la ciudad.
Carlos descubrió su pasión por el dibujo y la pintura, aprendiendo valiosas lecciones sobre creatividad y autenticidad. Al final de su viaje, Carlos le regaló a Juliana un retrato especial que había pintado para ella, agradeciéndole por inspirarlo.
Juliana se sintió conmovida y orgullosa de su joven discípulo, animándolo a seguir cultivando su talento. Con el corazón lleno de gratitud, Carlos regresó a casa con un nuevo amor por el arte y la confianza en sí mismo.
FIN.