Carlos y Maria en el Bosque Mágico
Carlos era un niño aventurero y curioso, siempre estaba buscando nuevas emociones y experiencias. Un día, junto a su amiga Maria, decidió adentrarse en el misterioso Bosque Mágico, del que hablaban los mayores del pueblo.
-¡Maria, este bosque es increíble! Mira todas estas plantas y árboles, ¡nunca vi nada igual! - exclamó Carlos emocionado. -Sí, es asombroso. Pero dicen que hay criaturas mágicas y trampas peligrosas aquí, ¡debemos tener cuidado! -, respondió Maria, un poco preocupada.
Decidieron continuar su camino, pero pronto se perdieron entre la densa vegetación. -¡No sé a dónde vamos! ¿Y si nos encontramos con una criatura mágica? - dijo Maria, nerviosa. -Tranquila, Maria. Seguro encontraremos una salida. Además, las criaturas mágicas no son malas, ¿verdad? -, dijo Carlos intentando calmarla.
De repente, escucharon un ruido extraño y vieron una luz brillante a lo lejos. Con valentía, se acercaron y descubrieron a un hada herida. -¡Ayuda por favor! Me caí y me lastimé, no puedo volar.
Necesito llegar al lago de las hadas para curarme-, suplicó el hada. Sin dudarlo, Carlos y Maria ayudaron al hada a llegar al lago. Allí, el hada se sumergió en las aguas cristalinas y, al salir, estaba completamente curada.
-¡Gracias, valientes niños! Como recompensa, les concedo un deseo a cada uno-, dijo el hada con una sonrisa. Carlos pidió ser un gran explorador, y Maria pidió aprender magia para ayudar a los demás. Con sus deseos concedidos, salieron del bosque y regresaron al pueblo.
A partir de ese día, Carlos se convirtió en un famoso explorador, y Maria aprendió a usar la magia para ayudar a quienes lo necesitaban.
Juntos, descubrieron que la valentía, la solidaridad y el trabajo en equipo pueden llevarlos a vivir las mejores aventuras.
FIN.