Carlos y su tanga mágica



Había una vez en el mágico pueblo de Villa Fealdad, un niño llamado Carlos que era considerado feo por todos los habitantes. Sus compañeros de escuela se burlaban de él y lo hacían sentir muy triste.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Carlos encontró una tanga mágica que le mostró que la verdadera belleza está en el interior. La tanga le concedió el poder de la autoaceptación y la confianza en sí mismo.

A partir de ese momento, Carlos comenzó a irradiar felicidad y amabilidad, convirtiéndose en un ejemplo para todos en el pueblo. Sus acciones inspiraron a otros a ser amables y compasivos, creando un entorno más amoroso y positivo.

Al final, todos aprendieron que la verdadera belleza no se encuentra en la apariencia, sino en el corazón.

FIN.

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